Courtney Whithorn, joven australiana de 20 años, le amputaron el dedo pulgar por un extraño cáncer que se le desarrolló después de cortarse las uñas de la mano con la boca.
En el 2014, la estudiante se arrancó por completo la uña del pulgar a causa de los nervios, tras el accidente su dedo comenzó a oscurecerse.
La joven ocultó su dedo durante cuatro años a sus familiares y amigos; después de tiempo, acudió al doctor, quien le informó que su mal hábito le había provocado un trauma en la epidermis, provocandole un melanoma subungueal letigoso acral.
Después de varias operaciones, los doctores no lograron salvarle el dedo y se lo amputaron.
Courtney debe someterse a controles exhautivos durante los próximos cinco años para ver si el cáncer fue extirpado.
El experto dermatólogo, Nis Shet, aseguró durante una entrevista para el medio británico, que es muy improbable que el hecho de morderse las uñas sea el responsable de haber desarrollado el melanoma en la joven, aunque no descarta la posibilidad.
DPC