La euforia del Mundial ya quedó en el pasado para los aficionados mexicanos con el sinsabor que cada eliminación temprana sorprende a los hinchas aztecas en la máxima justa futbolística. Un camino nuevo se despeja para ver en el horizonte la Copa del Mundo por venir, sin embargo, el panorama inmediato se antoja más como un cumplimiento de un compromiso que una batalla esperada. Todavía más con la caída sufrida ante Uruguay.
El concepto de “juego amistoso en Estados Unidos” no promete lo más selecto del Tri, y en muchas ocasiones, tampoco del rival en turno, a pesar de que los representativos tengan el nombre de Selección. La Selección Charrua puso en el campo un cuadro respetable sin acercarse a ser su mejor representación. A la Celeste le bastó con media hora para finiquitar el juego y sembrar más dudas en el seno tricolor.
Ahora el segundo choque tras el Mundial es el vecino y máximo rival del área: Estados Unidos. El cuadro de las barras y las estrellas, así como el mexicano, tampoco vive un momento de certeza en sus entrañas. El equipo que se mide hoy ante México será dirigido por Dave Sarachan, técnico interino y quien ha sido asistente del combinado americano en dos etapas.
Sarachan sabe que el duelo ante México representa un cotejo que va más allá de una simple victoria o derrota. “Ahora jugaremos contra un rival odiado y siempre es importante conseguir el resultado aunque sea en un ‘amistoso’. Contra México es muy importante ganar porque hay algo personal, hay una historia, hay una gran rivalidad. Los jugadores han entendido eso y volveremos con lo que esperamos sea un buen resultado”, indicó.
De este lado, Ricardo Ferretti a pesar de hacer una convocatoria respetable, en principio, diversas situaciones lo limitarán a presentar una alineación como la que los aficionados al Tri desearían ver.
Una serie de lesiones provocaron que la lista de 23 jugadores para estos amistosos en suelo estadounidense sufra una merma considerable. A los hombres que no alinearán por lesión (Salcedo y Pizarro) se les unen Jesús Gallardo y Orbelín Pineda.
En la parte de los seleccionados que tampoco alinearán, pero en este caso porque regresan con sus respectivos equipos (Ochoa, Lozano y Gutiérrez), se une Raúl Jiménez, quien fue pedido por el Wolverhampton para volver de inmediato.
Evidentemente, el equipo que se verá ante Estados Unidos hoy por la noche no será ni cercano a lo visto ante Uruguay, y lejos todavía más de un combinado que podría enfrentar un torneo oficial.
No hay duda del trabajo incesante del Tuca sin importar el material disponible en el momento, pero ante las condiciones en las que está rodeada esta Selección no se le puede exigir un triunfo por calidad, sí por deseo, convicción e inteligencia. Enfrente, estará un equipo que no se toma como amistoso este Clásico de Concacaf. El vecino del norte presenta a lo mejor que tiene con vistas al cambio generacional que ya está en marcha y que a falta de nombrar al técnico que los dirigirá durante los próximos años, ya tienen definido que estos jóvenes ya son el presente, algo que México aún no decide por dónde empezar.
LEG