Foto: Especial Apenas en sus primeras apariciones, el pitcher diestro mostró su poder desde el montículo  

Tener dos títulos del Clásico Mundial de Beisbol, al Rey de los Deportes como disciplina nacional y varios exponentes en las Grandes Ligas, eso es Japón en el plano de la pelota caliente.

En el pasado reciente varios peloteros nipones se han hecho de un nombre en el mejor beisbol del mundo. Hideki Matsui, Daisuke Matsuzaka, Kenji Johjima, Masahiro Tanaka más recientemente, y el máximo exponente de esa legión: Ichiro Suzuki.

Algunos con un mayor o menor tiempo han demostrado que la pelota japonesa es de respeto los habitantes de aquel minúsculo país en Asia en cuanto a proporción terrestre se refiere, estaban hace medio siglo cargados al mundo, ahora ponen a sus mejores beisbolistas a enorgullecerlos desde el otro lado del planeta.

El último embajador que deslumbró por más de cinco lustros es Ichiro Suzuki. El jardinero nipón que vivió sus mejores momentos en la Gran Carpa con los Mariners entró hace un par de temporadas al selecto club de los tres mil bits, superando a históricos como Roberto Clemente, Wade Boggs, Rod Carew y Rickey Henderson.

Con estos antecedentes tendría que surgir una figura que prometa al menos lo mismo, pero que realice proezas inauditas. Pues no hubo que aguardar demasiado. Esto se materializó bajo el nombre de Shohei Ohtani.

Sho-Time, como ya es conocido, desembarcó en la MLB apenas esta temporada. Al igual que Ichiro lo hizo en la Liga Americana, también en la costa oeste, aunque en California, con la novena de los Angels y bajo las órdenes de Mike Scioscia. Apenas en sus primeras apariciones, el pitcher diestro mostró su poder desde el montículo. En sus primeras apariciones en abril, Ohtani salió avante en tres juegos y sólo sufrió un descalabro.

En mayo tuvo la misma cuenta y si bien no contaba con una efectividad espectacular, los ponches eran su carta fuerte. En junio tuvo su última salida antes de lesionarse y permanecer casi tres meses sin ir a la lomita, sin embargo, pocos conocían su arma secreta y es la que ha sorprendido a todos.

El as Ohtani

Ver en la Liga Americana que un pitcher vaya al line-up de los bateadores es muy raro, sobre todo desde finales de la década de los 70, cuando se oficializó la regla del bateador designado. Precisamente esa posición es la que Shohei Ohtani también ha desempeñado de manera increíble.

Ha ido al plato en 86 juegos de la actual campaña. En ese lapso su productividad ha sido excepcional, pues ha conectado de hit en 77 ocasiones y de estas, 19 veces se ha volado la cerca. Con esto se convirtió en el pitcher en activo con más cuadrangulares en la MLB, superando a Madison Bumgarner (17).

Esta polivalencia de Ohtani lo ha hecho una de las figuras más sobresalientes de las Grandes Ligas y uno de los jugadores a seguir en el futuro. Debido a una lesión que lo llevará a someterse a la cirugía Tommy John, las actuaciones desde el montículo llegaron a su fin en 2018 y habrá que esperar su vuelta en 2019, mientras que con el bate aún puede poner números más impresionantes que reafirmen el sobrenombre que muchos han puesto sobre él como El Babe Ruth Japonés.

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