Los héroes comunes, en El día de la unión

El terremoto del 19 de septiembre de 1985 como sinónimo de identidad, “para inspirar, para tratar de que sepamos quiénes somos”, define Kuno Becker, productor, director y escritor de El día de la unión, película que retrata este evento desde la recreación de escenarios como el Hotel Regis, hasta los escombros de los edificios que se derrumbaron.

El filme, que se estrena hoy, lleva detrás una producción de más de 900 personas. Con los estudios Churubusco como set principal, construyeron tres cuadras completas del centro de la Ciudad de México, ubicado en la década de los 80.

“Era muy chistoso, cuando escribíamos el guion, Kuno iba por momentos con el diseñador de arte, a planear la visualización. Desde ahí veías que lo que iban a construir era muy grande para los estándares del cine mexicano”, compartió Patricio Saiz, uno de los guionistas, en entrevista con 24 HORAS.

A decir del actor, fue un reto construir los edificios, ya que debían hacer construcciones en escombros, con estructuras que aguantaran el peso. “Cada toma eran 500 artistas de fondo, porque no me gusta el término de extra. Más que un reto fue una oportunidad increíble, es un sueño hecho realidad para alguien que quiere hacer una película así”, explicó el también protagonista a esta publicación.

El argumento, que tiene como base una historia ficticia situada en el edificio de “Notipress”, recupera hechos reales del suceso, como la narración del periodista Jacobo Zabludovsky, los cadáveres que se llevan al entonces Parque del Seguro Social y los comedores improvisados que surgieron ante el desastre.

“Quizá a veces hay gente que dice: ¿en México cuando se va hacer una película de superhéroes? Esta es nuestra película de superhéroes, nuestros héroes no necesitan usar capa, volar, nuestros héroes son la gente de la calle, que se sacrifica, que ayuda, que hace algo por el otro”, aseguró el guionista Saiz.

La cinta, que dialoga con el sismo ocurrido en 2017 y estaba prevista para estrenarse en dicho año, resultó algo “shockeante” tras el reciente terremoto, considera Sandra Echeverría, quien interpreta a una reportera en la disyuntiva de querer ayudar mientras debe transmitir la noticia frente a una cámara.

“Yo me acuerdo que estaba en medio del set, como si estuviera en Disneylandia, veía los edificios colapsados, pero todo era de mentiras. Pasa esto y nos quedamos en shock. Lo que queremos decir a la gente es que no habla de un tragedia, habla sobre esa unión mexicana, esa fuerza de cómo nos levantamos”, declaró la actriz.

Con diversos proyectos para filmar el sismo de 1985, pero pocos concretados, como 7:19, de 2016 y Trágico Terremoto en México, de 1987, Patricio Saiz apunta al gasto que implica realizar una producción semejante.

“Hay un problema intrínseco, hacer una película de un temblor es costoso. Hay como distintas maneras de abordarla: una es más intimista, como la de 7:19, de Jorge Michel Grau, que revisa el evento desde corto, y Kuno quería lo opuesto, ver el evento con su grandilocuencia total”, explicó el escritor.

Detalló que, al consultar con Kuno Becker y Carlos Marín, los otros dos guionistas, sobre cómo retratarían la violencia y el desastre, el primero los impulsó a que se viera algo real.

“Va a tocar fibras, y será algo terapéutico”, consideró Patricio Saiz, mientras que Carlos Marín coincidió en que “si va a tocar fibras, es hasta positivo para nosotros, que la gente lo vea a la distancia y nunca lo olvide, que recuerde el apoyo y las cosas positivas”.

Saiz, quien tiene el deseo de que el filme exista como parte de la memoria histórica, destacó que es una producción que se preocupa por retratar cómo es México, no como otras donde “apelan a valores gringos, desde cómo se visten los personajes o dónde viven. La sientes muy personal, dices esto es México”.

“Lo que más disfruté fue hacer la película, la pre, la producción, lo más duro ha sido defenderla”, concluyó Kuno Becker, quien señaló que las ganancias se destinarán a la reconstrucción del Mercado de Juchitán, en Oaxaca.

LEG