La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) está en crisis. La pregunta -que no tiene respuesta hasta este momento- es a quién le interesa desestabilizar al país violentando a la comunidad universitaria, que está en la preocupación colectiva porque tiene repercusiones en la vida nacional.
Todos fuimos testigos del ataque a estudiantes por parte de los “porros”, un grupo que tiene todas las características de “choque” por lo documentado en videos difundidos. Y debe tener un actor intelectual.
Este hecho repudiado por la sociedad en general altera la vida académica de los jóvenes de preparatoria y licenciatura. Por ello, la UNAM requiere el apoyo de las autoridades para resolver y parar la violencia en la Máxima Casa de Estudios y así evitar contaminar a otras instituciones de educación superior.
Los estudiantes han denunciado violencia, ataque de vendedores de droga, violaciones, robos y hasta pago de piso para poder llegar a sus aulas; las agresiones que viven son cotidianas. Es urgente cerrar filas en defensa de la universidad y que las autoridades apoyen a la institución para sancionar a los responsables que agredieron a la comunidad del CCH Azcapotzalco, pero sobre todo a los que se encuentran atrás de ellos. La impunidad en este momento no puede ser la solución. Las probabilidades de contaminar el conflicto con otros movimientos son muy altas y peligrosas.
La UNAM está siendo víctima de grupos con intereses delincuenciales y la duda sigue… A quién le interesa convertir el campus universitario en campo de batalla, específicamente en este momento. Nos encontramos en plena transición que se está dando de la manera más civilizada; la elección del 1 de julio decidió por un cambio. Pero tener este conflicto no le viene bien al final del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, y mucho menos a la gestión del Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
La autonomía universitaria no puede ser justificante para no atender la problemática que viven los estudiantes. A 50 años del sangriento movimiento estudiantil no es razonable recordarlo con un conflicto.
Susurros
1. En Chihuahua la violencia sigue en aumento. El caso del presidente municipal electo de Gómez Farías, el doctor Blas Juan Godínez -quien decidió participar políticamente y ganó la alcaldía en una comunidad donde la Policía renunció por no tener condiciones mínimas de seguridad y padecer el secuestro de su padre, el también doctor Godínez-, ahora está grave en el hospital, ya que a horas de protestar como alcalde fue baleado. Pero este hecho para el gobernador Javier Corral no existe, ya que ni siquiera ha hecho una llamada de solidaridad a la familia.
2. El Congreso debe organizarse de manera seria. Sortear en qué comisión van a participar los legisladores no es profesional. Los temas nacionales requieren de experiencia.