Faltan dos días para la pelea del año, la revancha entre Saúl Álvarez y Gennady Golovkin, y ayer fue la conferencia de prensa previa. El mexicano dijo que ya no es momento de hablar abajo del ring, pues ya “todo está dicho”, y ahora es el momento de subir al cuadrilátero.
“Lo que se dijo, se dijo ante las cámaras. Me preparé bien, nunca en mi vida me ha gustado hablar, yo voy a hacer mi trabajo, a cumplir mi objetivo que es noquearlo desde el primer asalto, me subiré a ganar y que la gente disfrute de una gran pelea y una victoria para México. Quiero seguir dejando mi legado, y esta pelea va a marcar un hecho importante”, dijo Álvarez.
El de Guadalajara hizo un análisis de su oponente, y actual campeón de peso mediano del Consejo Mundial de Boxeo, Organización Internacional de Boxeo y de la Asociación Mundial de Boxeo.
“GGG es un rival que aguanta, que va hacía al frente, es fuerte. Asimila golpes, tiene mucha experiencia para ir al frente, y eso dificulta un poco más a la hora de contragolpear. Tiene Muchos errores, todos son de potencia y eso lo hace ver más lento. Para mí es más fácil quitarme esos golpes”, sostuvo el ex campeón.
“Trabajé mucho en mi condición física, velocidad y potencia, es lo que trabajamos en el último campamento. Así podré tener más frecuencia de golpes y conectarlo con una combinación de tres golpes y ganarle round por round”, señaló el Canelo sobre los puntos en los que hizo más énfasis durante su preparación.
Faltan pocas horas para la pelea, y ambos pugilistas se declararon listos, aunque no hubo el tradicional face to face que se da en la última conferencia. Pero si hubo acusaciones del kazajo sobre el dopaje que retrasó la contienda de mayo a septiembre.
México es su motivación
Álvarez habló sobre sus motivos para subir al ring y dar lo mejor ante Golovkin. “A mi en su momento me hicieron sentir orgullosos (Julio César Chávez, Salvador Sánchez, que ganaron en esa fecha) son ejemplos a seguir y yo quiero el sábado dar al público otro motivo para sentirse orgulloso”, declaró Álvarez.