Repiten marcha; ahora exigen salida de porros
Alrededor de 23 mil estudiantes participaron en la Marcha del Silencio, la cual siguió la misma ruta que tuvo aquella del 13 de septiembre de 1968. Hace 50 años, las demandas eran de respeto a la autonomía universitaria y la libertad de presos políticos, hoy las exigencias son la expulsión de grupos porriles y el cese de la violencia de género.
Desde las 14:00 horas, estudiantes de la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH) y el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco llegaron al Museo Nacional de Antropología, donde comenzaría la caminata. Con un cielo nublado y la poca asistencia que se registraba a las 16:00 horas, se pensó que no llegarían más participantes.
Media hora más tarde, los Goyas y los Huelum empezaron a retumbar, un numeroso contingente conformado por alumnos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) aparecieron sobre Avenida Reforma y comenzó la manifestación.
Ahí también se encontraban familiares de los 43 desaparecidos en Ayotzinapa y del Comité del 68.
A cada paso, grupos integrados por el alumnado de distintas preparatorias, CCH, facultades y escuelas de la UNAM, así como de la Universidad Autónoma Metropolitana y el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM), entre otras escuelas y organizaciones civiles empezaron a nutrir la marcha.
A partir de la Estela de Luz y al llegar el antimonumento, los jóvenes rompieron el silencio y pasaron lista a cada uno de los 43 estudiantes desparecidos de la Escuela Normal de Ayotzinapa. Así llegaron también los Goya y las consignas como: “El que no brinque es porro” y “fuera porros de la UNAM”. La llovizna registrada ayer, no bajó los ánimos de los participantes.
A su paso por Avenida Paseo de la Reforma, un grupo de anarquistas, quienes iban cubiertos del rostro, realizó pintas a dos inmuebles.
Luego de tres horas, la manifestación llegó a la Plaza de la Constitución, donde se encontraba un templete con bocinas que instaló el Sindicato México de Electricistas (SME), el cual fue utilizado por diferentes representantes y activistas para lanzar consignas contra la violencia, los feminicidios y en apoyo a los padres de los 43.
La Marcha del Silencio –que estuvo vigilada por más de dos mil elementos de la Secretaría de Seguridad Pública de la CDMX– concluyó con un pronunciamiento de los universitarios en el que rechazaron la violencia y la agresión ocurrida el 3 de septiembre pasado, y exigieron la expulsión de los grupos porriles de la Máxima Casa de Estudios.
¡Goooya, goooya!, fue el grito que se escuchó en el Zócalo capitalino antes de que cada uno de los estudiantes tomara su camino y la protesta se dispersara.
Detienen a otro alumno y dan de baja a dos más
Mientras que estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) se manifiestan en el Zócalo capitalino, la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México informó que detuvo a Leonardo Enrique, por haber apuñalado a uno de los dos alumnos que resultaron lesionados durante la agresión ocurrida en la explanada de Rectoría el 3 de septiembre pasado.
La dependencia detalló, mediante un comunicado, que el aseguramiento del joven, de 18 años de edad, quien estudiaba en el Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, se logró al cumplimentar dos órdenes en su contra por su probable participación en el delito de homicidio en grado de tentativa calificado con ventaja y de motín.
El imputado fue ingresado al Reclusorio Norte, donde se buscará que un juez de control lo vincule a proceso y le imponga como medida cautelar la prisión preventiva.
En tanto, la Máxima Casa de Estudios informó que ayer Jesús Alberto Castillo Terreros y Manuel Alberto Toledo Barrón, ambos del CCH Azcapotzalco, fueron expulsados de la UNAM luego de que se les identificara como participantes de la agresión en Ciudad Universitaria. Con ellos, suman 19 estudiantes dados de baja.
El rector Enrique Graue dijo que su visita a ese plantel es un primer paso para solucionar el conflicto universitario. Asimismo, manifestó su deseo de que se regrese a la vida académica lo más pronto posible.
LEG