Foto: Cuartoscuro Miles de personas corearon a una sola voz los “Viva México” junto con el presidente Enrique Peña Nieto, quien desde el balcón central de Palacio Nacional encabezó por última vez las Fiestas Patrias  

Miles de personas corearon a una sola voz los “Viva México” junto con el presidente Enrique Peña Nieto, quien desde el balcón central de Palacio Nacional y acompañado por su esposa e hijos, encabezó por última vez las Fiestas Patrias desde el Centro del país.

 

Los nombres de Hidalgo, Morelos, Josefa Ortíz de Domínguez, Allende, Aldama, Galeana, Matamoros, Guerrero, quienes en 1810 iniciaron la gesta de Independencia, fueron seguidos de “¡un viva!” entonados por niños, jóvenes y adultos que llenaron completamente la plancha de concreto.

 

El Jefe del Ejecutivo tocó 30 veces la Campana de Dolores por última vez y segundos después las estrofas del Himno Nacional fueron entonadas con solemnidad y respeto por los asistentes al festejo del 208 Aniversario del Grito de Independencia.

 

Mientras tanto las campanas de la Catedral Metropolitana repicaban y luego el Zócalo se obscureció por algunos segundos, como antesala, del estallamiento en el aire de los cientos de juegos pirotécnicos que iluminaron el cielo del primer cuadro de la Ciudad de México de verde, blanco y rojo.

 

Peña Nieto entonó junto con su esposa Angélica Rivera y sus hijos “Cielito Lindo”.

 

En los balcones de Palacio Nacional los secretarios de Estado también observaban por última vez la fiesta más grande del pueblo de México, el Grito de Independencia.

 

Abajo, en la plaza, la gente miraba con sorpresa, alegría y admiración el espectáculo de los juegos pirotécnicos. Los niños trataban de agarrar con sus manos alguna luz fugaz.

 

La gente no se movía de su lugar a pesar del intenso frío que se dejaba sentir en el Zócalo. Los suéteres, chamarras, rebozos, abrigos y gorros salieron a relucir, sobre todo para cubrir a los más pequeños.

 

Guadalupe Calixto, Erika Cruz, Estela de la Rosa, Virginia Cruz y Margarita Medrano, todas ellas de Tlanepantla, Estado de México, comentaron que era la cuarta vez que acudían al “Grito” y que les gustaba por el festival de artistas que participaban y por las luces de los castillos.

 

“Llegamos desde temprana hora para ocupar un buen lugar y poder ver al presidente Peña Nieto en su último grito y nos sentimos tristes de que se vaya, pero ni modo, así es la política”.

 

Olga María Ramírez, junto con sus hijos Luis Carlos y Alberto, caminaban por la Plaza de la Constitución para poder observar a través de las pantallas el Grito de Independencia.

 

“Es muy bonita esta fiesta, siempre hay algo nuevo con los juegos pirotécnicos”, dijo la señora.

 

Lo que extrañamos desde hace algunos años es la vendimia de alimentos. “El olor de los buñelos, el pozole, los pambazos, los tamales, el atole, el café de olla, las quesadillas, los esquites, los elotes y los sopes, penetraban y se buscaba el mejor puesto para comer”.

 

Sin embargo, agregó, todo eso ha desaparecido, seguramente por seguridad. “Pero que rico era todo y por eso mucha gente venía al Zócalo a echarse un pozole o un pambazo con salsa verde”.

 

Américo Martínez, quien acudió por primera vez a esta festividad acompañado por su esposa y su hijo, comentó que es impresionante como se llena la Plaza de la Constitución.

 

“Vengo de Villa de Cortés y la fiesta está muy buena, pues los niños lo disfrutan mucho, además de que hay mucha seguridad para las familias y eso es muy bueno”.

 

Algunos jóvenes se envolvieron con la bandera mientras caminaban por los alrededores de la plancha de concreto.

 

El ruido de las cornetas y trompetas era ensordecedor así como el de las matracas. Algunos niños estrellaban en las cabezas de sus hermanos y de sus papás huevos rellenos de confeti.

 

Otros se lanzaban espuma en el rostro y se les escurría los colores de la bandera tricolor que llevaban pintados en la cara.

Al final se dejaron escuchar los gritos de Peña… Peña…Peña.

 

fahl