Foto: Ivan Flores Los vecinos comentan que esperarán hasta enero próximo con el fin de buscar fondos para reconstruir el edifico, y posteriormente, venderlo  

“Fui a comprar el pan. Realmente tenía muy poco tiempo de haber salido (de mi departamento). Después de eso, sentimos el movimiento brusco (…), en unos cuantos minutos ya no tenía casa. Se había venido abajo”, relató Guadalupe Vázquez, quien custodia el terreno donde se encontraba su inmueble debido a que grupos como como “La Antorcha Campesina”, buscan adueñarse de él, comentó.

De acuerdo con la mujer de 80 años de edad, el edificio que se ubicaba en Concepción Béistegui, esquina con calle Yacatas, colonia Narvarte, fue demolido 15 días después del temblor. Desde entonces, ella y sus antiguos vecinos instalaron una carpa en la cual se quedan para realizar guardias y vigilar que nadie se apropie del predio.

En el inmueble habitaban cerca de seis familias, en su mayoría, integradas por personas de la tercera edad. Cada uno poseía 120 metros cuadrados de espacio, sin embargo, ahora lo único que queda son piedras y restos de cascajo.

“Cuando llegas a esta edad y algo así te sucede, pues la verdad sí está más difícil. Ya no es lo mismo. Ha sido una espera larga.

Hemos cuidado el terreno con todo y que nos han agarrado los aguaceros. La otra vez que granizó, aquí estuvimos con todo y que la manta se cuarteó”, comentó Jorge González, de 77 años de edad, quien al igual que el resto del grupo, no vive de lleno en el campamento, pero cuida del lugar cuando se le requiere.

Los vecinos comentan que esperarán hasta enero próximo con el fin de buscar fondos para reconstruir el edifico, y posteriormente, venderlo.

LEG