Con los puños en alto, lágrimas y abrazos de consuelo, fue como se vivió a las afueras del Colegio Enrique Rébsamen el minuto de silencio en memoria de las personas que fallecieron en el sismo del 19 de septiembre de 2017.
Padres de familia, exalumnos, amigos y vecinos acudieron a este lugar ubicado en las calles de Tamborileo y Calzada de las Brujas, en la delegación Tlalpan, para recordar a las 26 personas, de las cuales 19 eran menores, que perdieron la vida en este lugar.
El dolor de quienes perdieron a un hijo, a un mejor amigo o a quienes se habían convertido en familia, permeó por las calles que enmarcan a este Colegio, que acusa más a la corrupción que al sismo por estas muertes.
Alrededor de las 11:30 horas se llevó a cabo una misa, para pedir por el eterno descanso de las personas, en una carpa acondicionada con apoyo de trabajadores de la delegación Tlalpan, a donde no se permitió el acceso a los representantes de los medios de comunicación.
Tras la ceremonia religiosa, muchos asistentes se quedaron para el minuto de silencio convocado a las 13:14 horas y dos minutos después, a lo lejos, se escucharon las alertas sísmicas del macrosimulacro, porque la bocina más cercana a este punto no sirvió.
Coronas de flores con el nombre de cada uno de los fallecidos hace un año envolvieron las paredes del Colegio Enrique Rébsamen, aunque todavía se dejan ver los daños de la estructura al interior; a manera de ofrenda, se dejaron flores, globos, dulces y veladoras por estos pequeños.
A un año de la tragedia, los niños más grandes hablan de su experiencia, de cómo se sentían seguros en este lugar porque era su segundo hogar; los padres hablan de la confianza que se tenía a miss Mónica (Mónica García Villegas), la directora del Colegio que hoy está prófuga.
“Mónica decepcionaste a quienes más te respetaban y admiraban. Por ellos da la cara. 19S”, dicen algunas mantas colocadas en las calles aledañas, “Un año de tragedia, 0 Justicia, 100% Impunidad”, dice otra.
García Villegas cayó en irregularidades en las obras de la escuela, de acuerdo con los expedientes que la delegación Tlalpan difundió en febrero pasado y que detallan que desde 2009 se hicieron obras sin permisos.
La hoy prófuga construyó un cuarto piso en el edificio escolar en donde tenía un departamento que tendría porcelonato, granito en algunas secciones y además una tina de baño, materiales que la estructura original no aguantó.
Lo anterior provocó que con el sismo de magnitud 7.1 la estructura se venciera y el edificio se deslizara a la parte donde los alumnos, maestros y empleados se concentraron precisamente para salvarse de un derrumbe.