El reputado The Washington Post había contabilizado –hasta mayo pasado- poco más de tres mil mentiras, declaraciones falsas y engaños discursivos del presidente Trump.
Según el rotativo estadounidense, la de Trump será la presidencia más mentirosa y –por eso- buena parte de los medios de aquel país debieron crear un nuevo género periodístico; “qué quiso decir el presidencial”.
Es decir, todos los días los medios deben descifrar entre las ocurrencias presidenciales -en sus redes sociales-, y las políticas públicas que los medios deben reportar a sus audiencias como una declaración oficial.
Aun así, más de 50% de ciudadanos de aquel país se dicen contentos con la cuestionada honestidad de su Presidente y lo siguen aplaudiendo. Igual que aquí.
En México sólo el portal www.laotraopinion.com.mx lleva un recuento de las promesas del candidato Obrador que, ya como Presidente electo, debió reconocer como imposibles de cumplir. Técnicamente son mentiras y –acaso porque a “los hombres del Presidente” no les gusta exhibir las mentiras de su jefe- la página en cuestión lleva más de 10 días de un ataque cibernético.
Lo cierto es que a pesar de amenazas y presiones a la prensa mexicana, para algunos medios mexicanos ya resulta imposible no cuestionar los tropiezos discursivos, los dislates, humores encontrados y mentiras del futuro Gobierno, a pesar de que el espectáculo no pierde el tufo de romería.
La terca realidad, sin embargo, confirma la percepción de que todos los días habrá “un nuevo escándalo para regocijo del respetable”. Y, en efecto, los nuevos escándalos salieron del Senado de la República y su oficina de Comunicación Social y del propio Presidente López.
En el primer caso, la cuenta oficial del Senado difundió un tuit sin duda institucional, en el que esa cámara del Congreso se asume como parte de “la cuarta transformación” del presidente López y como apéndice del Ejecutivo.
Gracias a la torpeza de la Comunicación Social del Senado no se pudo contener en redes la paliza, la cual se apaciguó por otra declaración del presidente López.
Resulta que en su “segunda campaña” por todo el país, Obrador fustigó a “la prensa fifí”, porque lo apaleó luego que el viernes dijo que México “está en bancarrota” y que, por ello, no cumpliría sus promesas de campaña.
La paliza al futuro Presidente fue mayor porque semanas antes había dicho que Peña Nieto entregaría un mejor país, sin crisis política, económica y social.
¿Cuál de los López está en campaña? ¿El que reconoce que Peña deja un mejor país, sin crisis económica, política y fiscal o aquel que asegura que México “está en bancarrota”?
¿De verdad en México se debe perfeccionar el nuevo género periodístico global: “¿Qué quiso decir el Presidente?”.
Es decir, cada que hable López, los periodistas deben insistir: “¿Qué quiso decir el Presidente?”.
Lo cierto es que cada que un periodista tenga dudas sobre la fiabilidad de su fuente debe insistir: “¿Eso quiso decir el presidente López?”.
Al tiempo.