La Constitución de la CDMX fue promulgada el 5 de febrero de 2017, de manera simultánea, en el Diario Oficial de la Federación y en la Gaceta CDMX se publicó la Constitución de la Ciudad, integrada por 71 artículos que consagran los derechos humanos de los capitalinos y 39 transitorios que determinan los tiempos que surtirá efecto legal cada una de sus disposiciones.
Esta Constitución es producto de las luchas sociales y políticas de los movimientos que han conformado el entramado democrático de la metrópoli. Es del grito de los estudiantes del 68, de los maestros, médicos y ferrocarrileros con Valentín Campa, de los estudiantes de CU, de los pasos de Arnoldo Martínez en 1982 y del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas en 1988 marchando por el Zócalo. Es la voz de Porfirio Muñoz Ledo, es Heberto Castillo y Manuel Clouthier en su lucha.
Es de las miles de manos solidarias que levantaron escombros y rescataron vidas en el sismo de 1985. Es de otros miles que, nuevamente solidarios, auxiliaron a damnificados en el sismo del año pasado. Es la historia de un Departamento del Distrito Federal autoritario que, gracias a la izquierda, hoy se rige como una ciudad democrática.
Sin duda, debemos reconocer el trabajo realizado por el grupo redactor de la iniciativa para la Constitución de la Ciudad de México. De mi parte valoro y aplaudo a los constituyentes, y reconozco la voluntad de diálogo del Legislativo para lograr la reforma constitucional que dio pauta para la creación de la Carta Magna capitalina.
En su articulado, la Constitución de la Ciudad de México, como ninguna otra, reconoce la naturaleza intercultural, pluriétnica, plurilingüe y pluricultural de nuestra urbe. Se establecen las bases de una ciudad de libertades, con derecho a la autodeterminación, se reconocen los derechos de la familia, los derechos sexuales y reproductivos, el derecho a una vida digna, a la alimentación, la nutrición, la salud, la educación y el derecho al agua, entre otros.
La reforma política de la Ciudad de México ha sido una lucha permanente impulsada por el PRD y sus gobiernos de izquierda. Ahora nos corresponde trabajar para hacer de la capital del país una metrópoli de vanguardia, con leyes de avanzada e incluyente de derechos y libertades.
Empieza un nuevo capítulo en la historia de la Ciudad de México.