Uno de los mayores peligros de la “cuarta transformación” en el Congreso no es el regreso de “la aplanadora” del partido hegemónico. Tampoco que Morena sea hoy el epítome del viejo PRI.
No, el verdadero riesgo es el tufo dictatorial, autoritario y contrario a la convivencia democrática elemental que pretenden imponer -en el Senado y la Cámara de Diputados- los líderes de Morena.
Es decir, en las cámaras se vive un clima “estalinista” contra legisladores opositores y críticos, que no existió ni en los peores tiempos del PRI autoritario, clientelar y nada democrático.
Y si dudan, basta revisar casos como el del líder de la mayoría en el Senado, Ricardo Monreal, quien burlón dijo a priistas y panistas: “¡Bienvenidos a la oposición!”, luego de reiterados “planchazos legislativos” de Morena. Monreal militó no sólo en el PRI, sino en el PRD, PT, MC y Morena.
Pero el tono de Monreal parece “juego de niños” ante la declaración de la senadora Alejandra León Gastélum –motejada como Lady Champagne por su alcoholismo-, quien confirmó el tufo dictatorial que vive el Congreso
Luego que senadores del PRI y PAN abandonaron el salón de plenos en protesta por la “Ley Mordaza”, la senadora dijo: “Es difícil ser mayoría con los berrinches del PRIAN; sin embargo, he tenido un sueño hecho realidad, un Senado sin e l PRIAN”. ¿El exterminio de los opositores?
Y el mejor ejemplo del intento de callar las voces críticas es la “Ley Mordaza”, impulsada por Martí Batres –presidente del Senado-, quien sometió al voto de la “aplanadora de Morena” un acuerdo para reducir de 10 a cinco minutos el tiempo de los senadores en tribuna.
Es decir, contrario al Reglamento del Congreso –y sin que se haya reformado dicho precepto-, Batres propuso un acuerdo a mano alzada, para limitar a cinco minutos el tiempo disponible en la tribuna.
El PAN y PRI rechazaron la “Ley Mordaza”, y en protesta abandonaron el pleno con la boca tapada, igual que en 1988 el candidato Manuel Clouthier protestó frente a Televisa contra la censura a su campaña presidencial.
No es todo. Martí Batres confirmó que el senador electo por el PRI, Noé Castañón, no tomará protesta hasta conocer su estatus legal, ya que en su contra existe un proceso judicial por violencia familiar.
Curioso, aquéllos que preservan al Senado de un golpeador en potencia, en septiembre de 2010 hicieron diputado federal a un probado criminal, como Julio César Godoy Toscano. La justicia y el juicio moral a modo, en un Congreso convertido en instrumento de venganzas y persecuciones.
Pero hay más. Diputados de Morena recibieron el consejo de Epigmenio Ibarra -el “Goebbels” de Morena-, quien los alertó del objetivo perverso de los periodistas.
Como si hablara con bebés de pecho, dijo que existe la consigna de destruir a Morena y que el enemigo son los periodistas críticos. Por ello les pidió no decir tonterías en la tribuna.
¿Cuántos años dedicaron Epigmenio y otros fascistas a la destrucción del PAN, del PRI y de la democracia?
Al tiempo.