Tras los desaires que recibió en Salzburgo, Austria, el plan de Theresa May para gestionar tanto el Brexit como la nueva relación del Reino Unido con la Unión EuropeaDonald Tusk, presidente del Consejo Europeo, dijo que “no funcionará”; por su parte, Emmanuel Macron tachó el borrador de “inaceptable”–, la primera ministra pidió al Consejo Europeo que muestre mayor “respeto” por el Reino Unido; que aclare las razones del rechazo a su plan; y que, si éstas son sólidas, que presente una alternativa al proyecto del gobierno británico.

 

Asimismo, May reiteró su postura de los últimos meses: “Siempre he afirmado que entre un mal acuerdo y que no haya acuerdo, prefiero que no haya acuerdo”.

 

Estas declaraciones continúan elevando la presión entre las partes, ya que se esperaba que, para este octubre, ya estuviesen terminadas las negociaciones, mismas que hoy parecen estar en un punto muerto.

 

Por otro lado, sobre las voces dentro y fuera del Reino Unido que promueven un segundo referéndum que pudiese revertir o frenar el Brexit, May fue tajante: “El referéndum fue el mayor ejercicio democrático que se ha llevado a cabo en este país. Negar su legitimidad o frustrar su resultado amenaza con quebrar la confianza pública en nuestra democracia”, y recalcó: “Que la Unión Europea tenga algo muy claro; ni alteraré el resultado del referéndum ni quebraré la integridad territorial de mi país”.

 

Las percepciones internas tampoco ayudan a May. Según el más reciente estudio de la encuestadora YouGov (septiembre, primera semana), 73% de los británicos considera que las negociaciones van mal, mientras que sólo 22% cree que el Reino Unido logrará un acuerdo a tiempo. En este sentido, 34% considera que May está siendo “muy suave” (muchas concesiones) en las negociaciones; el 18 % cree que está siendo “muy dura” (pocas concesiones); el 11 % piensa que maneja un sano balance; y el 38 % restante rechazó todas las anteriores, probablemente, dice YouGov, por ser anti-Brexit (estos cuatro datos suman 101 % debido al redondeo al alza de las cifras que hizo la propia encuestadora).

 

Sin embargo, los británicos parecen asumir la dificultad del proceso, ya que 4 de cada 10 (42%) respondió que cualquier otro primer ministro haría un papel igual de malo, mientras que sólo el 27% cree que otro hubiese mejorado las perspectivas.

 

Desde el flanco laborista, el líder Jeremy Corbyn reaccionó ante las declaraciones post-Salzburgo de May: “La estrategia de negociación (…) ha sido un desastre. Los conservadores han pasado más tiempo discutiendo entre ellos que negociando con la Unión Europea”.

 

Igualmente, retieró que “desde el primer día, (May) parece incapaz de ofrecer un buen acuerdo” y que “los juegos políticos (entre ambas partes) deben terminar porque un ‘no acuerdo’ no es una opción”.

 

Sobre si apoyaría o no un segundo referéndum, Corbyn se ha mostrado cambiante. Desde hace meses sostenía un claro rechazo a otro llamado a las urnas, pero hoy ha matizado su postura ya que, en la siguiente conferencia nacional de su partido (que empieza el domingo), se someterá a votación la postura laborista con respecto a un segundo ejercicio (según YouGov, 86 % de los laboristas apoyan una segunda votación que apruebe o rechace los acuerdos finales).

 

Corbyn dijo que se sumará a lo que la militancia decida.

 

aarl