El 23 de agosto pasado titulamos el Itinerario Político de entonces, igual que hoy: “El perdón a Duarte”. ¿Por qué el mismo título?
Porque se confirmó lo que dijimos entonces: “En cuestión de semanas seremos testigos de otro perdón impensable; el de Javier Duarte, el ex gobernador de Veracruz que traicionó al PRI, al gobierno de Peña Nieto y que se alió con Morena y con López Obrador, el hoy Presidente electo”.
Hoy sabemos que el corrupto Sistema Judicial pactó que a cambio de una multa ridícula de 60 mil pesos y de confiscar medio centenar de propiedades, Duarte purgará una pena de sólo tres años, gracias a la amnistía del poder. ¿Por qué el perdón con disfraz de justicia?
Así lo explicamos aquel 23 de agosto.
“Muchos de los 30 millones de votos a favor del candidato de Morena –hoy Presidente electo- fueron movidos por la exigencia legítima contra las corruptelas de líderes sindicales como Napoleón Gómez Urrutia, Elba Esther Gordillo y de rechazo a los gobiernos de Javier y César Duarte.
“El problema, sin embargo, es que muchos de esos 30 millones de mexicanos nunca imaginaron que el nuevo Gobierno perdonaría a las más cuestionadas figuras de la política mexicana.
“Como saben, Morena rehabilitó a Manuel Bartlett, Elba Esther Gordillo, Napoleón Gómez Urrutia, René Bejarano, Nestora Salgado y muchos de una larga lista de ex priistas antaño motejados como pillos y hogaño aplaudidos como héroes.
“Pero el perdón y la amnistía a los amigos y aliados no han terminado. ¿Quién imaginó que luego de la paliza mediática que exhibió a Duarte como lo peor de los gobiernos del PRI, el ex gobernador sería presentado como víctima de una persecución política? Lo cierto es que en política –y sobre todo en la política populista que viene- todo es posible.
“Y para empezar por el principio debemos recordar que el 2 de febrero de 2016, aquí revelamos la alianza secreta entre Duarte y AMLO. El objetivo era propiciar la derrota de Miguel Ángel Yunes, principal adversario de López Obrador y de la profesora Gordillo.
“Desde aquel 2 de febrero de 2016, Morena y AMLO defendieron y hasta solaparon a Duarte, al que en 2017 llamaron “chivo expiatorio” y luego presentaron como “perseguido político”.
“Curiosamente, Javier Duarte tiene al mismo abogado que exoneró a Gómez Urrutia y a la profesora Gordillo; abogado amigo de la ex ministra Olga Sánchez Cordero, quien ha movido los hilos del Poder Judicial para operar el perdón a los amigos del Presidente”. (Hasta aquí la cita)
Lo simpático es que hoy, en una suerte de arrepentimiento público, Obrador ya no dice que Javier Duarte es chivo expiatorio, a pesar de que el ex gobernador siguió el mismo camino de exoneración que la señora Gordillo y el señor Gómez Urrutia.
¿Por qué el cambio de discurso de López Obrador respecto a Duarte? Porque AMLO ya pagó su deuda, y no pagará el desprestigio.
Y los 30 millones que votaron contra el corrupto PRI prefieren callar cuando el Gobierno por el que votaron exonera a los corruptos del PRI.
Al tiempo.