La comunicación con nuestro entorno es fundamental para el logro de nuestras metas. Una comunicación asertiva nos puede ayudar a ser tomados en cuenta para ese puesto al que aspiramos, nos sirve para tener una buena comunicación con nuestro equipo de trabajo, ser un buen líder y transmitir lo que queremos de los demás, lo es también para una buena relación de pareja o ser tomado en cuenta con credibilidad en cualquier relación interpersonal.
Poner atención en pequeños detalles de nuestro lenguaje corporal pueden hacer la diferencia en nuestra comunicación.
Tomemos en cuenta que al cuerpo no le gusta mentir, por ejemplo, en una entrevista de trabajo podemos decir que somos extraordinarios para realizar alguna tarea y el entrevistador puede darse cuenta que nuestro lenguaje corporal está diciendo lo contrario, por lo que no existirá coherencia entre lo que decimos con la boca y lo que expresa nuestro cuerpo.
No necesitamos ser expertos en lenguaje corporal para saber que algunas aptitudes de personas nos molestan o desagradan. El cerebro decodifica en fracción de segundos información de movimientos en el rostro, posturas, sonidos o incluso compara patrones aprendidos de experiencias con otras personas.
Todo el tiempo estamos haciendo juicios de valor, me gusta o no, lo contrato o no.
¿En qué detalles tenemos que poner atención para una comunicación no verbal asertiva?
Consideremos que el primer contacto de las personas es a través de la vista, de ahí que se refiera a los ojos como ventana del alma.
Nos gusta mirar a los ojos, buscamos el contacto visual, por lo que es de vital importancia que cuando saludemos o tengamos contacto con alguna persona, la miremos a los ojos de forma amistosa, si es en la calle y llevamos lentes de sol, lo ideal es quitarlos un momento para saludar y hacer ese contacto, este acto es considerado un acto de acercamiento y confianza.
Nuestro principal enemigo en la comunicación no verbal son las manos, debemos cuidar que hacemos con ellas al tener contacto con los demás.
Llevar las manos al rostro sin control puede llegar a comunicar nerviosismo, tocarnos el cabello puede ser un signo de competencia si la otra persona es del mismo sexo, o incluso se puede considerar un a señal de seducción, de cualquier forma, se puede mal interpretar.
Tocarnos la nariz puede representar rechazo o que no nos gusta lo que dicen o lo que decimos.
El saludo es primordial, deberá ser firme y con la mano extendida mirando a los ojos.
La postura al caminar con la espalda recta y los hombros sueltos con holgura sin ser arrogante, o lo que se conoce como un buen talante o la forma en la que andamos por la vida; y ya que hablamos de talante, usemos nuestra mejor arma que es la sonrisa franca. Una sonrisa abre puertas y consigue amistades, favores y deja siempre una buena impresión de nuestra imagen.
Lo anterior es según el contexto en el que te encuentres.
LEG