Nueva York es una ciudad que congrega gente de todo el mundo con aportaciones de todo tipo y con una pluralidad que dota a la Gran Manzana de una riqueza extraordinaria. Una cultura metropolitana que es difícil congregarla en un solo concepto porque son muchas cosas a la vez y donde la única cosa que pelea por ser la fuerza dominante se divide en dos barrios desde hace más de un siglo.
La Ciudad que Nunca Duerme tiene en los barrios de Manhattan y Queens a su religión en el deporte. Una parte de la ciudad comulga con la que tiene en su nombre el sinónimo de los habitantes de su país, mientras que la otra se siente identificada con aquella que en su nombre lleva el pseudónimo de los habitantes de su metrópoli.
Precisamente en esta última se ha erigido una figura que en los últimos 14 años se ha proclamado como un profeta vistiendo de azul y naranja, y que se alista para alejarse de su catedral: el parque de pelota.
David Wright, tercera base y capitán de los Mets consiguió regresar al roster principal de su equipo, luego de más de dos años de ausencia. Una hazaña que en lo personal fue su más grande anhelo, aunque sea únicamente para decir adiós.
El 5 de la esquina caliente metropolitana volvió feliz tras conseguir que le concedieran un último deseo: ser habilitado para participar en los últimos seis juegos de la temporada regular. Sus últimos juegos como profesional.
“Ha tardado mucho tiempo en llegar. Mucho trabajo duro para poder hacer las maletas y salir, y solo tener la oportunidad de jugar significa mucho para mí”
Wright es el primero en ser consciente que el cuerpo no iba a sanar como desearía, luego de jugar en partidos de rehabilitación en Ligas Menores. Después de someterse a cirugías de cuello, espalda y hombro, hizo hasta lo imposible por volver al diamante, pero el mismo cuerpo le dijo que ya no podía más. El capitán metropolitano entonces pidió un último deseo y se despedirá enfundado en la franela que defendió desde 2004, la única que vistió.
En el juego ante los Marlins se escuchará por última vez su nombre en el Citi Field al momento de anunciar el line-up titular. Por última vez la afición metropolitana podrá corear, aplaudir y reconocer a David Wright. Los Mets y todos sus seguidores podrán decir, hasta siempre, capitán.
El momento más glorioso y triste
David Wright disputó junto con los Mets su única Serie Mundial en 2015 ante los Royals. Los neoyorquinos arribaron con grandes posibilidades, sin embargo el sorprendente equipo de Kansas City se llevó el Clásico de Otoño en cinco juegos. De los seis home runs que los Mets pegaron, David Wright conectó el único en la única victoria de los de Queens en la serie, la cual fue el juego 3.
LEG