Mientras los presidentes Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador (contra todos los pronósticos) nos ofrecen -hasta ahora- una transición tersa y pacífica, en Morelos las cosas son completamente distintas.
A unas cuantas horas de que asumiera el poder, Cuauhtémoc Blanco tuiteó: “Lamento profundamente el mensaje transmitido por el señor Graco Ramírez, que se caracteriza por estar lleno de mentiras y que con un tono cínico habla de transparencia en el estado que guarda su administración manejando cifras positivas en las diferentes áreas a su cargo. (sic)”.
Después siguió el futbolista en la red social: “Se le pidió a él y a su equipo de trabajo que realizaran la entrega públicamente si no existía nada que ocultar, pero escudándose en leyes que creó a modo salió huyendo de sus obligaciones. El señor no deja de hablar de logros federales como si fueran propios, ta es el caso del programa Beca Salario y la construcción del Auditorio Teopanzolco, pero no menciona todas las deudas que dejará sin pagar ni el estado de abandono y miseria en el que deja todo Morelos”.
Y fue más allá el americanista, sin cuidar los signos de puntuación, redacción y sintaxis, a través del “pajarito azul”: “Es evidente la molestia que dejó su actuación como mandatario reflejado en las elecciones del 1 de julio donde los ciudadanos dejaron al PRD en las últimas posiciones. No es para menos con todas las denuncias de desvíos y abusos cometidos por él y sus colaboradores. Su sexenio, escribió también, se recordará por obras de mala calidad a precios muy elevados, por dejar a la UAEM con una de sus peores crisis, por la retención de recursos federales, por la inseguridad y por la crisis que atraviesa el estado en materia de desarrollo económico”.
Y remató el goleador águila: “Iniciaremos auditorías buscando conocer la realidad de las finanzas del estado y con base en hechos traeremos justicia a los morelenses, porque ese es mi compromiso con ellos y lo voy a cumplir”.
Así, con la promesa de meter a la cárcel a Graco Ramírez, llegó el famoso por las patadas al Congreso en Cuernavaca, y lo reafirmó en su discurso: “Nos dejan una administración saqueada y un estado abandonado”.
Mientras en todo el país pronostica que un deportista exitoso, pero sin experiencia política alguna, manejado por intereses extraños, y con una problemática de dimensiones insospechadas, no podrá con el paquete; allá en Morelos se juegan en volados si irá a la cárcel Graco Ramírez o no.
Muchos también le piden a López Obrador que lleve tras las rejas a los asesinos, delincuentes de cuello blanco, ex gobernadores, ex Presidentes de la República, ex alcaldes, defraudadores que los últimos sexenios ordeñaron las finanzas nacionales y ex legisladores, pero su explicación es sencilla; no ocupará seis años en crear carpetas de investigación y comprobarle esos supuestos hechos al Poder Judicial, sino dedicará el tiempo para administrar con austeridad, y pondrá un dique a la corrupción, desde Palacio Nacional.
En Morelos, para Blanco, lo primero es la venganza o la justicia (como lo quiera ver). Seguirá la carretera que tomó Miguel Ángel Yunes Linares en Veracruz y Javier Corral en Chihuahua.
Mientras se pelea Blanco con Graco, corren el riesgo los morelenses de ser testigos pasivos de la descomposición de la entidad, y que el grupo que maneja al futbolista haga negocios millonarios. Así, les habría salido más caro el caldo que las albóndigas.
Pero el delantero, extremo y volante puede sorprender. El tepiteño no sabe de formas y protocolos; tampoco se caracteriza por sus dotes de orador y redactor.
El que nació en la muy popular colonia Tlatilco llegó a ser un líder deportivo, porque jugó en la Selección Nacional. Millones lo ven como un héroe y un ejemplo de superación. ¡Por el bien de Morelos, ojalá nos sorprenda a todos y nos tape la boca!
@GustavoRentería
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