El número de fallecidos por el terremoto y posterior tsunami que tuvo lugar en la isla de Célebes, en Indonesia, el pasado fin de semana, ascendió a mil 234, según confirmó la agencia nacional responsable de la gestión de desastres.
De acuerdo con las autoridades, la cifra de fallecidos podría aumentar a medida que los rescatistas vayan adentrándose en las zonas más remotas.
El 28 de septiembre, un potente terremoto de magnitud 7.5 azotó la isla indonesia de Célebes.
En total, más de 170 sismos sacudieron la zona y esos temblores desencadenaron un tsunami con olas de más de cinco metros de altura que afectó especialmente Palu, capital de la provincia de Célebes Central, y Donggala.
Ahora los supervivientes intentan salir adelante. En algunas zonas se está distribuyendo comida, pero otras permanecen aisladas debido a los devastadores efectos del terremoto.
En las colinas cerca de Palu, los voluntarios continúan enterrando cadáveres en una fosa común con espacio para un millar de personas. Mientras, las autoridades intentan hacer frente a la magnitud del desastre con pueblos enteros completamente arrasados.
Más de 200 mil personas necesitan ayuda urgente y una cuarta parte de ellas se han quedado sin hogar.
Las prioridades del gobierno ahora son distribuir alimentos a los más necesitados, enterrar los cuerpos de los fallecidos y garantizar la seguridad del aeropuerto para poder recibir la ayuda internacional.
Muchos superviventes han pasado los últimos días buscando desesperadamente a sus seres queridos mientras hacen frente al trauma por la catástrofe.
Además, las múltiples réplicas han hecho que muchas familias que no han perdido sus hogares prefieran permanecer en el exterior de las viviendas.
Por otra parte, los cuerpos de al menos 34 niños han sido descubiertos dentro de una iglesia en una remota región del norte de la isla indonesia de Célebes tras el devastador terremoto y posterior tsunami, señaló un portavoz de la Cruz Roja de Indonesia.
Este descubrimiento fue la última nota de desaliento en el marco de los esfuerzos de recuperación que apenas comienza a ponerse en marcha a medida que aumenta el número de muertos.
Aparentemente, los niños asistían a un campamento cristiano cuando murieron, señaló la portavoz de la Cruz Roja, Aulia Arriani.
Mientras que 34 se han contabilizado hasta ahora, dijo Arriani, se espera que se recuperen más cuerpos, pero podría tomar algún tiempo.
Sin maquinaria pesada disponible en la remota región de Sigi, no hay forma de levantar los escombros de concreto.
Los voluntarios en Palu han comenzado a prepararse para una fosa común con capacidad suficiente para enterrar a más de mil personas.
Es probable que aumente la cantidad de muertos a medida que los equipos de respuesta alcancen las carreteras dañadas en las áreas afectadas, muchas de las cuales se han separado del temblor y están cubiertas de escombros.
La situación en Palu, la ciudad más grande afectada por el terremoto, es tan desesperada que un avión de suministro militar no pudo aterrizar allí el domingo porque los residentes desesperados invadieron el aeropuerto.