Donggala.- La desesperación por la falta de provisiones reina entre los sobrevivientes de la isla indonesia de Célebes, donde se ha desplegado el Ejército para prevenir saqueos, mientras las víctimas por el tsunami y el terremoto del pasado 28 de septiembre ascienden a más de mil 400.
A esta crisis se sumó la alerta por la actividad del volcán Sotupan, situado en el norte de la misma isla , pues ayer entró en erupción, lo que obligó a las autoridades locales a elevar la alerta en la zona a nivel 3 de una escala de 4.
A 600 kilómetros de ahí, en Palu, la zona más afectada del terremoto y el tsunami, ayer comenzó a distribuirse gasolina y volvió la electricidad a algunos distritos, mientras la ayuda llega con cuenta gotas a zonas remotas como el oeste del municipio de Donggala.
Esta localidad también fue sacudida con fuerza el pasado día 28 por un tsunami causado por un terremoto de 7.5 grados y quedó prácticamente incomunicada durante los dos primeros días.
En Donggala, más al norte y por lo tanto más lejos del centro de distribución que es Palu, comenzaron ayer saqueos que han sembrado el miedo entre los comerciantes y obligado a los militares a vigilar las tiendas y gasolineras.
Unos vándalos “robaron mi tienda ayer, no solo la mía; también otras de Donggala. “Tengo más miedo a los criminales que al terremoto”, afirmó junto a su familia en un campo de evacuados el comerciante Ricky Kariono.
A la escasez de necesidades básicas en los campamentos se suma el trauma por el desastre y la perdida de familiares y amigos, como uno de los hijos de Moh, del que dice no saber donde está, pero del que sospecha que ha muerto.
El presidente Joko Widodo, visitó ayer varias localizaciones en Palu y Sulawesi y terminó su recorrido en el pueblo de Donggala.
Las autoridades informaron que han aceptado la asistencia de 17 naciones, porque responde a las necesidades en transporte, generadores, tiendas de campaña y tratamiento de agua.
LEG