Las operaciones de socorro y rescate continúan en Indonesia, después de la devastación causada por un terremoto y posterior tsunami en la isla de Célebes, a medida que se acaba el tiempo para encontrar sobrevivientes a más de una semana del desastre.
Según la Junta Nacional de Indonesia para la Gestión de Desastres, la cifra de muertos por el terremoto y el tsunami ha aumentado a mil 649.
Además, más de mil personas podrían estar desaparecidas tras el hundimiento de sus viviendas en el barrio de Balaroa, aseguró el portavoz del Servicio Nacional de Rescate, Yusuf Latief, quien citó cifras proporcionadas por el alcalde de la localidad.
En dos partes de la ciudad de Palu, de 350 mil habitantes, la tierra se convirtió en una especie de papilla, un fenómeno conocido como licuefacción del suelo.
Más de 70 mil casas fueron destruidas o dañadas por el terremoto de magnitud 7.5 que golpeó el 28 de septiembre, lanzando olas de hasta seis metros que se estrellaron contra la isla de Célebes a 800 kilómetros por hora.
Más de 560 personas siguen desaparecidas, según ha confirmado el ministro de Asuntos Políticos, Legales y de Seguridad indonesio, Wiranto.
“Por el momento, ya están bajo tierra los cuerpos de mil 649 personas” y no se han podido identificar todos los cuerpos, debido a que “es necesario realizar entierros urgentes para evitar la propagación de enfermedades infecciosas”, señaló.
Los rescatistas emitieron una nueva advertencia de salud pública el sábado cuando se desenterraron más cuerpos en descomposición debajo de la ciudad en ruinas de Palu.
Existe el temor de que una gran cantidad de cuerpos puedan estar enterrados debajo de Petobo y Balaroa, dos áreas prácticamente borradas del mapa.
El principal ministro de seguridad de Indonesia dice que el gobierno está considerando convertir algunas áreas de la isla de Sulawesi, devastada por el desastre, en fosas comunes.
El ministro Wiranto precisó que los esfuerzos para recuperar cadáveres son problemáticos en partes de la ciudad más afectada de Palu, incluidos los barrios de Balaroa y Petobo, donde el terremoto causó que la tierra se licuara, lo que provocó la succión de cientos de hogares en lodo de arenas movedizas.
Wiranto, quien sólo usa un nombre, detallo que el equipo pesado no puede operar en esas áreas porque podrían hundirse en el lodo blando.
En declaraciones a la televisión local, Wiranto afirmó que el gobierno está discutiendo con las autoridades locales y religiosas y las familias de las víctimas la posibilidad de detener la búsqueda de víctimas en esas áreas y convertirlas en fosas comunes.
“Las víctimas pueden ser consideradas como “mártires”, agregó.
La ayuda continúa llegando a las áreas más afectadas de la isla Célebes, en el centro de Indonesia, que ha sido sacudida por unas 450 réplicas desde el terremoto de hace poco más de una semana.
El portavoz de la agencia de desastres, Sutopo Purwo Nugroho, publicó un gráfico en su cuenta de Twitter que muestra alrededor de 450 réplicas registradas en el área desde el terremoto del 28 de septiembre, pero han disminuido en frecuencia e intensidad.
Más de 70 mil personas han quedado sin hogar a causa del desastre y muchos más siguen desaparecidos.
TFA