En México, al menos el 62% de los adolescentes, el 46% de los niños y casi el 90% de las mujeres tienen una inadecuada ingesta de minerales en su dieta diaria, principalmente de hierro, lo que ha derivado en un incremento de casos de anemia en el país, según datos de la Encuesta Nacional de Salud.
De acuerdo con la doctora Vanessa Vianey de la Cruz Góngora, investigadora del Instituto Nacional de Salud Pública, debido a que el hierro se encuentra, principalmente, en productos de origen animal, las personas deberían consumir más de este tipo de productos para obtener las cantidades de hierro necesarias que ayudan a la oxigenación de la sangre.
Sin embargo, debido a una tendencia creciente de las personas que reducen la ingesta de productos de origen animal, las dietas y un incremento en el consumo de alimentos procesados, cada vez menos personas consumen alimentos de origen animal, lo que no solo ha provocado un aumento en los índices de obesidad, sino también un aumento en la prevalencia de anemia.
En esta línea, se estima que cerca de 1.6 millones de niños sufren de malnutrición crónica, lo que representa la cifra más alta de malnutrición infantil en América Latina.
Hay que resaltar que, si bien cada vez más mexicanos optan por disminuir su consumo de productos de origen animal, existen otras alternativas para complementar la ingesta diaria recomendada de hierro, vitaminas y minerales.
Uno de estos alimentos, es la tortilla, producto que además es esencial en la gastronomía mexicana, señaló la doctora de la Cruz Góngora.
La tortilla de maíz es reconocida por su alto contenido en calcio, que ayuda a la formación y fortalecimiento del sistema óseo; pero las tortillas, elaboradas con harina de maíz como Maseca, que están adicionadas con hierro, ácido fólico, vitaminas y minerales, las convierte en una excelente opción para una adecuada alimentación, puntualizó la especialista.
Hay que recordar que la harina de maíz Maseca, es elaborada por Gruma, compañía mexicana que junto con otras ONG’s lograron la autorización de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) para adicionar con ácido fólico la harina de maíz que se comercializa en la unión americana.
Lo anterior, con la finalidad de reducir los nacimientos de bebés con malformaciones en la columna vertebral o padecimientos de espina bífida y disminuir los problemas de salud asociados con una mala alimentación, como la anemia.