El Gobierno ruso prometió hoy transparencia en la investigación de la avería que obligó hoy a la Soyuz MS-10, con dos tripulantes a bordo, a regresar a la Tierra tras un fallo en el despegue, mientras la NASA anunció una investigación “exhaustiva” de lo ocurrido.
“Por supuesto, no ocultaremos los motivos”, dijo Yuri Borísov, viceprimer ministro ruso, a medios locales.
El funcionario recordó que Rusia es la única que desde hace años puede enviar naves tripuladas con destino a la Estación Espacial Internacional debido a la retirada de los transbordadores estadounidenses, por lo que tiene una especial responsabilidad.
“Por supuesto, tienen derecho a saber y les proporcionaremos toda la información necesaria sobre lo que provocó el accidente. Considero que los estadounidenses han reaccionado con comprensión ante esta situación”, explicó.
En cuanto al fallo, destacó que el espacial es un sector de alta tecnología estrechamente ligado al riesgo y aludió a “cuantos accidentes y casos trágicos ha habido en la historia de la cosmonáutica estadounidense”.
“La gente arriesga sus vidas”, señaló y adelantó que, sea como sea, se depurarán responsabilidades en la industria espacial una vez que se esclarezcan las circunstancias que rodearon al incidente.
Borísov anunció la suspensión de todos los vuelos espaciales tripulados, pero se congratuló de que el sistema de salvamento en caso de avería funcionara adecuadamente, lo que “es muy importante”, resaltó.
El administrador de la NASA, Jim Bridenstine, emitió un comunicado en el que dijo que “se llevará a cabo una investigación a exhaustiva sobre la causa del incidente“.
La NASA “está trabajando estrechamente con Roscosmos (la agencia espacial rusa) para asegurar el regreso con seguridad de la tripulación”, que es “la máxima prioridad”.
La tripulación de la nave espacial Soyz MS-10, que tenían como destino la Estación Espacial Internacional, estaba formada por el astronauta estadounidense Nick Hague y el cosmonauta ruso Alexey Ovchininin, que tras ser rescatados están en buenas condiciones, según la NASA.
Ambos serán transportados al Centro de entrenamiento Cosmonauta Gagarin en la Ciudad de las Estrellas, ubicada a las fueras de Moscú.
Bridenstine fue invitado a asistir al lanzamiento en el cosmódromo de Baikonur, tras reunirse ayer, por primera vez, con el jefe de Roscosmos, Dmitri Rogozin.
La Soyuz MS-10 se vio obligada hoy a regresar a la Tierra poco después de despegar tras detectarse un fallo en uno de sus propulsores.
El carguero ruso Progress, el encargado de llevar alimentos y oxígeno a la Estación Espacial Internacional, sufrió en 2011 su primer accidente tras casi 35 años de servicio, también por un fallo en el cohete portador.
Rogozin reconoció en aquel momento que la crisis económica había obligado al Gobierno a introducir recortes, en particular con respecto a los cohetes portadores, uno de los terrenos en los que Rusia ha sufrido mayores reveses en los últimos años.
TFA