Antes de pensar en construir una nueva refinería se debe priorizar la exploración y producción en los sectores vulnerables, para lograr la recuperación del sector energético, advirtió Miriam Grunstein, académica asociada del Centro México de Rice University.
Consideró, además, que en caso de que avance la propuesta de construir la planta Dos Bocas, el terreno debe ser analizado, ya que se vislumbra un posible ecocidio.
En una entrevista con 24 HORAS, la experta señaló que hay que ver a qué recursos energéticos se tendrá que poner atención, y no pensar en una nueva planta.
“La Comisión Nacional de Hidrocarburos dice que nuestro mayor potencial a corto plazo es con yacimiento de lutitas, pero AMLO se resiste a la fractura hidráulica, cuando esto ya se hace en yacimientos de Pemex; entonces, si se opone al fracking va en contra de lo que realiza la empresa productiva del Estado en campos convencionales por su rendimiento”, aseguró.
En este sentido, indicó que no suena lógico que la próxima administración tenga planes tan vagos para exploración y producción en el sector, debido a que, por una parte se habla de la cancelación del proyecto de fracking por daño al medio ambiente, pero no la construcción de una refinería, la cual, dijo, puede llegar a ser tan contaminante como los procesos que propone eliminar.
“Las refinerías tienen consecuencias medioambientales tremendas. En primer lugar es una infraestructura muy grande, por lo que el uso de suelo es un problema, y en segundo, las emisiones que provoca una obra de este tipo. Tabasco es un lugar selvático y se estaría sacrificando jungla o selva por refinería”, precisó Grunstein.
Y es que el Presidente electo aseguró que la planta petrolera se realizará en Dos Bocas, Tabasco, y que ésta ayudará directamente a la recuperación del sector.
Sin embargo, la académica explicó que junto con el daño ambiental que se podría tener, existe otro problema: el terreno en dónde se quiere construir la refinería es muy pequeño y no es de suelo plano.
La construcción en Tabasco es más “un fetiche que una necesidad práctica”, ya que quizá AMLO quiera ayudar a su gente dando empleo; pero, “si ya exportamos crudo para que construir una refinería”.
Sobre la posibilidad de que la planta de energéticos se tuviera que edificar en el mar debido a que Tabasco se encuentra cerca del Golfo de México, advirtió sobre el riesgo que implicaría, además de que los costos de construcción -que actualmente se tienen estimados en 160 mil millones de pesos-, “podría volar el precio de manera considerable”.
“No se sabe de ninguna refinería que esté en el mar. Hay barcos de procesamiento de crudo y se parecen mucho a las refinerías, pero no hay ninguna planta de este tipo que esté costa afuera; además, sería costosísimo(…) Hacer plataformas fijas en el Golfo, por los huracanes, el capital humano, y la tecnología que se necesita, no solo sería costoso, sino tremendamente inseguro”, señaló.
Hallazgo de pozos no debe sorprendernos
Por otra parte, Miriam Grunstein, quien también es analista de la Universidad Panamericana, detalló que el anuncio de Pemex no debe sorprendernos, ya que es un tema más político -de cara al fin del sexenio-, que algo que realmente pueda ayudar al sector energético en el país. Aunque la actual administración siga queriendo recuperar el sector, esto no ayudará, precisó.
“Cada fin de sexenio hay un nuevo descubrimiento y luego se olvida. De hecho, al inicio del mandato de Peña tuvimos un descubrimiento en Pemex cercano a los 200 mil millones de barriles y, ¿cómo anda la producción hoy? En plena caída. Esto es algo totalmente político, para que nos chupemos el dedo”, consideró Miriam Grunstein.
LEG