El reemplazo de la barda fronteriza en el área de Calexico, California, ordenado por la administración del presidente Donald Trump como la primera parte de su muro entre México y Estados Unidos, concluyó la semana pasada, reportaron autoridades federales.
La nueva barrera de Calexico es “un primer paso sólido para fortalecer nuestra postura de seguridad en la frontera”, indicó Gloria Chávez, jefa del sector de El Centro de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
“El muro fronterizo mejorará en gran medida la capacidad de nuestros agentes para detectar y arrestar a los que ingresan ilegalmente al país”, dijo Chávez, quien consideró que esta barda tendrá un efecto positivo en las comunidades fronterizas circundantes.
Aunque en 2009 comenzó el proyecto para reemplazar un poco más de cuatro kilómetros de la barrera -erigida en los años 90-, su financiamiento y la construcción se llevaron a cabo bajo la administración de Trump. La única característica que la nueva estructura comparte con los prototipos de muro fronterizo de Trump es su altura, que es de 30 pies (unos 9.1 metros).
Muy cerca de la nueva barda, en el área de Mesa de Otay, están los ocho prototipos de muro que fueron erigidos el año pasado por órdenes de la administración de Trump, y que están compuestos por bloques hormigón y acero. Su costo fue de entre 400 mil y 500 mil dólares.
Sin embargo, el proyecto del muro fronterizo está estancado luego de que no ha recibido los recursos por parte del Congreso de Estados Unidos para su construcción.
De acuerdo con un reciente informe interno, seis de los ocho prototipos no se ajustan a uno de los principales criterios de la Patrulla Fronteriza para nuevas construcciones: poder atravesar la barrera para responder mejor a los intentos de cruce y mejorar la seguridad de los agentes.
DAMG