MANAGUA.- Dos defensoras de los derechos de las mujeres en Nicaragua fueron detenidas hoy en el principal aeropuerto del país cuando se disponían a tomar un vuelo internacional, informaron sus familiares.
La líder de las mujeres del norte de Nicaragua, Haydée Castillo, y la defensora de los derechos de las mujeres indígenas del Caribe, Lottie Cunningham, denunciaron la detención de dos feministas cuando intentaban salir de Nicaragua, por funcionarios de la Dirección General de Migración y Extranjería en el aeropuerto internacional “Augusto C. Sandino“, que sirve a la capital nicaragüense.
La detención de las mujeres, que esperaban sentadas en un avión según la versión de los familiares, está vinculada a su activismo en contra del Gobierno del presidente nicaragüense, Daniel Ortega, según la opositora Unidad Nacional Azul y Blanco.
“Fueron detenidas arbitrariamente, serán entregadas a la Policía y llevadas a (la cárcel) El Chipote, exigimos su liberación”, afirmó la coalición opositora.
Tanto Castillo como Cunningham gozan de medidas cautelares extendidas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y habían participado en protestas contra el presidente de Daniel Ortega.
En julio pasado los líderes campesinos Medardo Mairena y Pedro Mena fueron detenidos en el aeropuerto cuando esperaban un vuelo para salir del país, se encuentran detenidos acusados de terrorismo y otros delitos y se espera que su juicio comience el próximo 6 de noviembre tras dos reprogramaciones.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica que comenzó en abril pasado y que ha dejado según organizaciones humanitarias locales e internacionales entre 322 y 512 muertos, mientras que el Ejecutivo cifra los fallecidos en 199 fallecidos y denuncia un intento de golpe de Estado.
La organizaciones humanitarias locales denuncian la existencia de unas 459 “presos políticos”, y el Gobierno de Nicaragua habla de más de 200 detenidos a los que señala de “terroristas” y “golpistas”.
El 18 de abril pasado comenzaron las protestas contra Ortega por unas reformas de seguridad social, que se convirtieron en la exigencia de su renuncia y la de su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo.
Ortega rechaza las acusaciones y asegura que la crisis impulsada por grupos a los que califica de “golpistas” y “terroristas”.
GAC