La Arquidiócesis de México solicitó la intervención de las autoridades de la Ciudad de México para garantizar la movilidad de los millones visitantes que acuden cada año a la Basílica de Guadalupe, luego de que varios puestos ambulantes fueron colocados sobre el corredor Fray Juan de Zumárraga.
A través de su página oficial, resaltó que en los últimos años, el Gobierno de la Ciudad de México –particularmente la Alcaldía Gustavo A. Madero– ha trabajado a favor del mejoramiento del entorno del atrio del Tepeyac.
Sin embargo, anotó, “tal como lo denunció el nuevo alcalde, Francisco Chíguil, exfuncionarios de esa demarcación tomaron locales frente a la Basílica”.
Esto es, “se autoasignaron (lugares) antes de terminar su gestión”, lo cual ha derivado en enfrentamientos infructuosos entre policías auxiliares y los supuestos propietarios de los casi 100 locales instalados de forma repentina en un espacio público protegido contra ese tipo de actividad.
En el artículo denominado “Comerciantes ponen en peligro la seguridad de peregrinos guadalupanos”, indicó que en su momento, con la construcción de inmuebles destinados a mercados, las autoridades de gobierno lograron reubicar a los comerciantes que durante mucho tiempo obstaculizaron las vías de acceso en los alrededores del recinto.
Además, se rehabilitó la calle Fray Juan de Zumárraga mediante un programa de mejoramiento del espacio público, con el objetivo no sólo de dignificar las inmediaciones de la Basílica, sino principalmente brindar seguridad y facilitar la movilidad de los 20 millones de peregrinos que cada año visitan a la Virgen de Guadalupe.
Incluso, como parte de estos esfuerzos, el 3 de diciembre de 2012, el Gobierno de la Ciudad de México publicó en la Gaceta Oficial un decreto mediante el cual se estableció la naturaleza y destino del espacio público que rodea el santuario.
En su artículo tercero, el decreto establece que “no se otorgarán permisos para ejercer el comercio en las vías públicas que comprenden el polígono a que se refiere dicho decreto”.
Sin embargo, “la instalación de locales comerciales sobre el banquetón Fray Juan de Zumárraga –andador peatonal ubicado frente a la Basílica de Guadalupe–, resulta preocupante para las autoridades de la Basílica, sobre todo ante el inminente incremento de devotos y visitantes en general, cuya movilidad y seguridad se ven vulneradas con esta acción”, anotó.
Así, frente a la proximidad de las Fiestas Guadalupanas, y ante varios intentos fallidos por solucionar este conflicto que dijo, “aparentemente tiene que ver con una disputa entre la administración saliente y la entrante por la posesión de este espacio que rodea a la Basílica de Guadalupe”, solicitó la intervención de las autoridades de la Ciudad de México.
Ello, para garantizar el cumplimiento de la naturaleza del atrio, así como cumplir con su responsabilidad de velar por la integridad de los guadalupanos y turistas que visitan el santuario no sólo con motivo de la Fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe, sino a lo largo del año.
JMSJ