WASHINGTON.- Los españoles tendrán una esperanza de vida de 85.8 años de edad en 2040, convirtiéndose así en el país con mayor esperanza de vida del mundo, según un estudio de la Universidad de Washington (Seattle, EU) facilitado hoy a Efe.
Actualmente, los ciudadanos españoles viven unos 82.9 años de promedio, una cantidad que coloca a España en la cuarta posición de la clasificación mundial sobre esperanza de vida, que está compuesta por 195 naciones.
Japón (1), Suiza (2) y Singapur (3) son los tres países que superan ahora a España en esa tabla, que contempla la situación de la sanidad a nivel nacional y las tasas de mortalidad, entre otros.
Sin embargo, las proyecciones del Instituto para la Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington para 2040 apuntan que España superará en la clasificación a estas tres naciones y encabezará la tabla “si continúan las tendencias de salud recientes”.
Además, en el mejor escenario posible planteado en el informe, la esperanza de vida en España podría subir hasta en 4.5 años, es decir, hasta los 87.4 años de edad.
En 2016, las diez principales causas de muerte prematura en España fueron, por orden, la cardiopatía isquémica, el Alzheimer, el cáncer de pulmón, el accidente cerebrovascular, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), el cáncer de colon y recto, el cáncer de mama, el suicidio, otras enfermedades cardiovasculares e infecciones respiratorias inferiores.
En 2040, sin embargo, se espera que los motivos fundamentales de la muerte prematura en España sean el Alzheimer, la cardiopatía isquémica, el cáncer de pulmón, la EPOC, el cáncer de colon y recto, el accidente cerebrovascular, la enfermedad renal crónica, otras enfermedades cardiovasculares, el cáncer de páncreas y la diabetes.
Estados Unidos, por su parte, que se encuentra en la posición número 43 a nivel mundial, con una esperanza de vida de 78.7 años, bajará hasta la posición 64 en este ránking, de acuerdo a los cálculos de los expertos.
Por otro lado, el equipo liderado por el profesor Kyle Foreman proyectó un aumento significativo a nivel global en las muertes por enfermedades no transmisibles (ENT), que incluyen diabetes, males renales crónicos y cáncer de pulmón, así como el empeoramiento de los resultados sanitarios vinculados a la obesidad.
En sus conclusiones, los autores subrayaron que existe “un gran potencial” para influir en la salud a través de la lucha contra la presión arterial alta, la obesidad, el tabaco, el alcohol y la contaminación del aire, entre otros.
Asimismo, recomendaron a los Gobiernos nacionales abordar “factores de riesgo clave”, como son los niveles de educación y el ingreso per cápita, para mejorar la esperanza de vida de sus países.
DPC