La tensión entre Arabia Saudita y países de Occidente va en aumento por la desaparición del periodista Jamal Khashoggi, columnista del diario estadounidense The Washington Post.
Khashoggi fue grabado por cámaras de seguridad cuando entró al Consulado de Arabia Saudita en Estambul, Turquía, en busca de documentos para su matrimonio y nunca salió.
Líderes mundiales como el secretario general de la ONU, António Guterres, o el presidente francés Emmanuel Macron, entre otros, han pedido que se esclarezcan las causas de la desaparición.
La semana pasada, amigos de Khashoggi aseguraron tener la certeza de que el periodista fue asesinado en el consulado.
El Presidente de EU, Donald Trump, dijo estar preocupado sobre el paradero de Khashoggi, pero se ha mostrado reticente a sancionar a Arabia Saudita por este asunto y ha asegurado que “no sería aceptable” suspender la venta de armas a ese reino, cercano aliado de Washington.
Sin embargo, el fin de semana advirtió que podría haber represalias y a lo que la Corona saudita reviró el domingo y dijo que si es objeto de alguna medida económica de castigo por el caso del periodista responderá con acciones de “mayor” envergadura.
Los precios preferenciales para las compras estadounidenses de petróleo de Arabia Saudita podrían pararse si las tensiones continúan aumentando entre Washington y Riad, según el diario The Wall Street Jornal.
Ante este escenario, Trump trató de calmar la situación y envió ayer a Arabia Saudita a su secretario de Estado, Mike Pompeo, pero puso en duda la implicación del reino árabe en la desaparición del periodista Jamal Khashoggi.
El presidente estadounidense aseguró ayer que el rey de Arabia Saudita, Salmán bin Abdulaziz, desconoce qué le sucedió al periodista.
“Acabo de hablar con el rey que niega cualquier conocimiento de lo que pueda haber ocurrido (a Khashoggi). Dijo que están trabajando estrechamente con Turquía para encontrar una respuesta”, señaló Trump en su cuenta oficial de Twitter.
Por lo pronto, la desaparición del periodista y economista causó una desbandada de patrocinadores de la conferencia Future Investment Initiative, que se celebrará a finales de mes en Riad y que también se conoce como el “Davos del desierto”.
Varios medios que patrocinaban el evento, entre ellos CNN, CNBC, Bloomberg, Financial Times o el japonés Nikkei, han anunciado que se retiran del foro económico; además varios empresarios europeos anunciaron que detuvieron sus inversiones, por lo que la imagen reformista del reino está en entredicho.
“La desaparición del periodista saudita Jamal Khashoggi en Estambul plantea nuevas preguntas sobre la reputación del Príncipe heredero Mohammed bin Salman como reformador y los desarrollos políticos representan una amenaza creciente para la perspectiva económica”, dijo Jason Tuvey, economista de Capital Economics, al diario The Wall Street Jornal.
Entran policías a consulado
A 13 días de la desaparición del periodista critico saudita Jamal Khashoggi, policías, forenses y fiscales turcos entraron al consulado de Arabia Saudita en Estambul, donde el 2 de octubre fue visto por última vez.
Según la agencia Anadolu, entre ellos se encuentran dos fiscales y varios especialistas en lucha antiterrorista y peritos criminólogos y forenses.
El registro comenzó, después de la conversación telefónica que mantuvieron el domingo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y el rey saudita, Salman bin Abdelaziz.
En paralelo, medios estadounidenses dieron a conocer que Arabia Saudita planea reconocer que Khashoggi murió bajo su custodia en un interrogatorio que se les fue de las manos a las autoridades en el consulado saudí en Estambul.
Según la cadena de televisión CNN, el Gobierno saudita está preparando un informe que admitirá que planeaban interrogar a Khashoggi y llevárselo a Arabia Saudita, pero que el periodista fue asesinado por agentes de inteligencia que actuaron sin el visto bueno del reino y que pagarán por lo que hicieron.
LEG