Manuel Portillo Baca, de 83 años de edad, afirma que todos los días reza por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, para que le vaya bien a México, pues está convencido que las plegarias guiarán las determinaciones del político originario de Tabasco.
Con bufanda, para protegerse del frío, bastón, para facilitar su andar, y barba crecida, este hombre se transportó de la colonia Las Malvinas al Palacio de Gobierno de Chihuahua para ver de cerca al presidente electo pues “yo voté por él y quiero conocerlo”.
De pie, en la esquina de las calles Benito Juárez y Vicente Guerrero en la zona centro de la ciudad, espera con ansias y mirada expectante el arribo de López Obrador, a quien alcanza a observar a unos metros y su rostro se llena de felicidad.
“Quería verlo, conocerlo, comprobar que es una persona sensible y amable, pues esos atributos lo llevaron a ganar la Presidencia de la República y ahora todos los mexicanos esperamos que cumpla sus promesas”, destaca.
Portillo Baca asevera que López Obrador tiene capacidad, don de gente, experiencia y ganas de hacer bien las cosas, “es un hombre formal, derecho, que tiene palabra y por ello confiamos en que México saldrá adelante durante su gobierno, al menos eso es lo que yo creo”.
El señor refiere que carece de empleo, vive con la ayuda de sus seis hijos y junto con su esposa, Josefina Villareal, espera que a partir del 1 de diciembre en México comience el cambio del que tanto han hablado el presidente electo y su equipo de colaboradores.
“Yo fui bracero, también me dediqué a la agricultura, pero ahora no puedo trabajar y el político que me convenció de que ayudará a los más pobres es López Obrador y por eso voté por él, al igual que mi esposa y mis hijos, pues queremos vivir en mejores condiciones”, expresa.
Portillo Baca, oriundo de Chihuahua, asegura que al momento de observar a Andrés Manuel López Obrador sintió emoción, tristeza, se conjugaron muchos sentimientos, “aunque lo vi de lejos, corroboré que se trata de un hombre que tiene palabra y va a cumplir lo que prometió”.
Ahí, frente al Palacio de Gobierno, este adulto mayor espera algún día poder saludar al presidente electo, lo cual “sería un sueño hecho realidad”, en virtud de que no cualquier persona tiene la facilidad para estrechar la mano de quien dirigirá los destinos de México en los próximos tres años.
“La verdad, todos los días elevo oraciones, le pido a Dios que le ayude, que lo guíe, pues teniendo un buen gobernante, los que carecemos de lujos y oportunidades tenemos la esperanza de que nos va a ir mejor”, explicó.
Una vez cumplido el objetivo de observar de lejos al presidente electo, Manuel Portillo Baca advierte: “estaré pendiente y ahora que regrese a Chihuahua buscaré no sólo observarlo, sino también saludarlo. Ojalá y tenga oportunidad de cumplir lo que estoy diciendo”.
fahl