El número de migrantes hondureños que llegaron en caravana al puente internacional que une a esta localidad con Tecún Umán, Guatemala, se redujo de manera sensible.
Durante este sábado grupos de migrantes que habían permanecido sobre el puente, en espera de un ingreso controlado y con registro de parte de las autoridades mexicanas, comenzaron a desesperarse y tomar la opción de cruzar a través de las balsas sobre el Río Suchiate.
Alrededor de las 19:00 horas, un grupo de alrededor de 100 migrantes hondureños, que consiguió un megáfono, se ubicaba al pie del puente, en el lado mexicano, para arengar a sus compañeros a abandonarlo y cruzar de una vez.
Los animaban diciéndoles que de este lado ya estaba listo el albergue; que había comida caliente, agua y atención para todos, lo cual era verdad aunque con limitaciones por parte de las autoridades locales ante la dimensión del fenómeno.
Del lado mexicano del puente, un grupo de elementos federales se limitaba a observar la escena, mientras esporádicamente uno o dos de los migrantes se animaba a lanzarse desde el puente al río para pasar al territorio mexicano.
El cruce fronterizo, que fue cerrado literalmente con candado desde el viernes por la tarde, permanecía limitado al paso de personas en ambos sentidos, como lo estuvo desde que se produjeron los disturbios el viernes.
En ese sentido, los migrantes hondureños que prefirieron esperar a que se abriera el puente y pudieran pasar con registro se quedaron en espera de una respuesta.
A pesar de la situación que se vive en esta ciudad, inundada por hondureños, muchos de ellos con niños pequeños, no se notó la presencia de autoridades consulares de aquel país. Los hondureños consideran que en su país la desigualdad económica es estructural.
fahl