Los vehículos autorizados empezaron hoy a circular por el puente más largo del mundo que conecta China continental con las ciudades de Macao y Hong Kong, un ambicioso proyecto con el que se pretende reforzar el turismo y el comercio en la región.
Desde las 9.00 hora local (1.00 GMT), autobuses y otros vehículos autorizados han podido recorrer el puente, de 55 kilómetros de largo, en tan solo 40 minutos, un trayecto que antes les llevaba cuatro horas.
Las autoridades aplican restricciones al tráfico de vehículos privados, por lo que solo los que han obtenido licencia han podido empezar a circular por esta obra colosal, inaugurada ayer por el presidente chino, Xi Jinping.
En el primer día de servicio, el macropuente no estuvo a su pleno rendimiento debido a que el anuncio de su apertura se produjo el pasado viernes, por lo que los operadores de autobuses y coches no han tenido mucho tiempo para solicitar las autorizaciones necesarias.
Las agencias de viaje miran hacia esta obra colosal como una gran oportunidad de negocio para potenciar el turismo y ya han empezado a organizar grupos de turistas para los próximos días, aunque los viajes transfronterizos estarán limitados “de momento”, según explicó el legislador de turismo de Hong Kong, Yiu Si-wing, al diario South China Morning Post.
El puente más largo del mundo empieza en la isla de Lantau de Hong Kong, en paralelo al aeropuerto de la ciudad, y concluye en una isla artificial construida entre Macao y Zhuhai donde se encuentran los controles migratorios y desde donde salen barcos y canales subterráneos urbanos para facilitar el acceso a los pasajeros.
Las autoridades ya están probando sistemas para agilizar los controles migratorios con cámaras de reconocimiento facial y lectores de huellas dactilares que podría evitar que los conductores tengan que mostrar su identificación cada vez que lo utilicen.
Para la construcción del puente se emplearon 400.000 toneladas de acero, el equivalente a 60 torres Eiffel, que se reparten entre los 55 kilómetros de longitud, de los que 30 kilómetros están levantados sobre mar abierto y 6,7 componen un túnel subterráneo instalado en las aguas del sur de China que permitirán que buques de mercancías y barcos de amplia envergadura sigan circulando.
El viaducto, uno de los proyectos más ambiciosos de Pekín, es considerado como un eje clave del plan de China para fortalecer la industria y el comercio del Delta del río Perla, atender la demanda de tráfico de carga y de pasajeros e integrar aún más las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao.
ncg