Foto: EFE La defensa exige a la Justicia ecuatoriana que no se le impongan las reglas que constan en un protocolo redactado por el Ministerio de Exteriores  

El fundador de WikiLeaks, Julian Assange, se ha negado a aceptar el protocolo que le ha presentado Ecuador para regular sus condiciones de vida en la embajada en Londres, entre ellas, a recibir las claves para hacer uso de internet.

 

“El señor Assange se negó a recibir el protocolo, se negó a recibir la clave de acceso a internet”, aseguraron fuentes oficiales, que arguyeron que probablemente se deba a algún consejo de sus abogados defensores y que, si no las ha acogido, será “seguramente porque no lo necesita”.

 

En ese sentido, indicaron que Assange, refugiado en la embajada desde 2012, ha elegido un camino de “irresponsabilidad” y que su defensa está haciendo una “manipulación” de la imagen de Ecuador.

 

“Le estamos queriendo restablecer las comunicaciones y el señor se ha negado”, insistieron.

 

“Nos oponemos a la manipulación de la imagen del país, eso es lo que pretende la defensa del señor Assange”, y consideraron la argumentación de los demandantes como “irresponsable con un Estado democrático que le ha acogido”.

Las relaciones entre el australiano, nacionalizado ecuatoriano en diciembre de 2017, y el Estado ecuatoriano entraron hoy, después de seis años de asilo, en una dimensión de confrontación, a raíz de la apertura de las audiencias en una acción de protección constitucional que han presentado sus abogados.

 

Encabezados por el ex magistrado español Baltasar Garzón, la defensa exige a la Justicia ecuatoriana que no se le impongan las reglas que constan en un protocolo redactado por el Ministerio de Exteriores y que se le dio a conocer a Assange el pasado 13 de octubre.

 

Ese protocolo, que establece parámetros de higiene -incluida de su gato-, visitas y de acceso a internet, son “reglas de convivencia que no afectan a sus derechos”, señalan las fuentes, y rechazan la argumentación de la defensa de que haya un elemento de unilateralidad.

 

“El señor está asilado en la Embajada del Ecuador. Es una oficina pública. No tenemos que consensuar absolutamente nada con Assange. Esta (allí) por su propia voluntad y (..) tiene que sujetarse a las reglas que imponga el país asilante. !Es tan simple como eso!”, insistieron.

 

Subrayaron que, con esas reglas, Ecuador “no está afectando ninguno de sus derechos, absolutamente ninguno”, ni siquiera el acceso de sus abogados, que entran a visitarle con plena libertad.

 

Sobre las audiencias de la acción de protección en sí, que hoy quedó en suspenso por problemas técnicos, las fuentes abundaron que es una “manipulación” de la defensa, porque “resulta paradójico que se interponga una acción de protección contra el Estado que lo protege”. “¡Es ilógico!”, concluyeron.

 

El australiano, asilado en la embajada ecuatoriana en Londres desde 2012, era requerido desde 2010 por las autoridades suecas debido a las acusaciones de dos mujeres por presunta violación, que él negaba, aunque Suecia archivó la causa.

 

Aun así, sigue bajo asilo por temor a que sea arrestado por las autoridades británicas y deportado a Estados Unidos, donde presume que podría ser juzgado por la publicación de documentos militares y diplomáticos de carácter confidencial.

 

DAMG