Durante 15 años aquí y en otros espacios documentamos las razones por las que no era confiable un eventual gobierno de Obrador.
Documentamos que en sus intentos por gobernar Tabasco, nunca respetó las reglas electorales y respondió con movilizaciones, plantones y marchas que sólo contribuyeron a la inestabilidad política, social y económica de Tabasco.
Documentamos el desastroso paso por el DF y que Obrador sentó las bases de la inseguridad, la corrupción, el ambulantaje y la movilidad caótica, por citar algunos problemas que desbordaron la capital.
Documentamos que en sus dos intentos presidenciales, AMLO hizo trampa, rebasó el tope de campaña e inventó supuestos fraudes que nadie probó; documentamos que lo suyo no es la democracia, y menos el respeto a las reglas básicas de la convivencia democrática.
Hoy, a semanas de asumir el poder, Obrador regala a ciudadanos de a pie una contundente confirmación de que resultó acertado todo lo que aquí se dijo, durante 15 años. Por eso, decimos gracias, presidente Obrador.
Gracias, Presidente, porque confirma que incluso antes de arrancar, su gobierno es “el mayor peligro para México”; porque a despecho de porristas a sueldo, ya arrancó la destrucción sistémica de las instituciones democráticas.
Gracias, Presidente, por exhibir el primer fraude de su gobierno –farsa de consulta ciudadana-, incluso antes de iniciar su administración.
Gracias, porque confirmó su desprecio por la democracia, desapego por la división de poderes, la transparencia y la legalidad; gracias porque ratificó que nada le importa el futuro de millones de jóvenes que lo votaron.
Gracias, porque queda claro que tiró Texcoco con una grosera simulación de sólo 0.8% de un padrón de 90 millones y sólo para pagar a sus amigos y patronos, los Rioboó, convertidos en los Higa del sexenio naciente.
Gracias, Presidente, porque ratificó que de los 30 millones de ciudadanos que lo votaron el 1 de julio, sólo lo siguen 700 mil fieles –los más ignorantes-, lo que reitera que perdió el bono de confianza y credibilidad antes del 1 de diciembre.
Gracias por dar la razón a decenas de empresarios que desconfiaron siempre de su discurso, que por momentos pensaron que cambiaría ya en el poder, pero que hoy se dicen engañados por un político sin palabra. Y es que, en público y en privado, Obrador y su claque prometieron que seguiría el aeropuerto de Texcoco. Hoy faltaron a la palabra empeñada.
Gracias, Presidente, porque confirma que el suyo será un Gobierno alejado de la transparencia, será un Gobierno profundamente autoritario y ferozmente populista; un Gobierno que llevará al país al pasado, a los tiempos de Díaz Ordaz, Luis Echeverría y José López Portillo.
Gracias, Presidente, porque debido a la simulación democrática, muchos ciudadanos que creyeron en usted hoy están desencantados y arrepentidos de votar por Morena. Y es que podrá engañar a muchos mucho tiempo, pero no engañará a todos todo el tiempo.
Gracias, Presidente, por dar la razón a sus críticos.
Al tiempo.