Un ejército se va y otro está en espera.
Para honrar la afición beisbolera de Andrés Manuel López Obrador, utilicemos el término dogout a fin de ilustrar cuanto sucede en el aparato diplomático de México.
Al dogout han sido llamados los políticos en acción en el terreno de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) y en el dogout están quiénes sustituirán a los cesados.
Ése es el término: cesados.
Con autorización expresa del Presidente electo, el futuro canciller Marcelo Ebrard ha pedido la renuncia a quienes tienen carrera burocrática o partidista –entiéndase priista-, pero no diplomática.
Su escrito debe estar dirigido al todavía canciller Luis Videgaray con fecha perentoria, el 30 de noviembre de 2018, y no a quien lo sucederá el 1 de diciembre.
En términos prácticos puede darse la información de otra manera: ninguno de ellos sobrevivirá al sexenio de Enrique Peña Nieto porque viene un cambio fundamental en el manejo de las relaciones internacionales.
El relevo será total.
VACÍOS Y LEGACIONES A CARGO DE SEGUNDOS
Quizá no era necesaria tanta dureza.
Tradicionalmente los funcionarios de cargos de confianza, tanto en el país como fuera de él, ponen su salida a disposición de quien llega a encabezar una nueva administración federal.
Si esa actitud es ordinaria, más cuando quien llega es abiertamente practicante de una política distinta a quien los designó –Enrique Peña Nieto- y por lógica no iría con sus principios.
No sé qué piense, por ejemplo, el coahuilense Enrique Martínez y Martínez, siempre militante del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y primer secretario de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación de Peña Nieto.
O personajes como el sinaloense Carlos Almada López (Japón) y el hidalguense Orlando Arvizu Lara, plenamente identificados con la ideología priista.
Para no hacer una lista muy larga, mencionemos también a la poblana Blanca Alcalá, enviada a Colombia luego de perder la gubernatura de su estado en 2016.
Ellos y muchos se irán.
Pero abren un vacío:
Así los sustituyan con diplomáticos de carrera, tardarán tiempo las propuestas del nuevo Gobierno, los beneplácitos de las naciones de destino y las legaciones quedarán encabezadas por posiciones secundarias.
Y eso que la bandera del nuevo Gobierno es total amistad con todos los Gobiernos del mundo.
¿UN INDICIADO PARA CONSEJERO ELECTORAL?
Este país no para en sorpresas.
Los consejeros del Instituto Nacional Electoral (INE) proponen a través de su Comisión de Vinculación con los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE) a una ficha para Quintana Roo.
Adrián Amílcar Sauri se encuentra denunciado penalmente ni más ni menos… ¡por delitos electorales!
Actualmente está bajo investigación por el Instituto Electoral de Quintana Roo (IEQR), y la información estuvo a cargo de los integrantes del INE presididos por Lorenzo Córdova.
Aun así, ignoraron los requisitos de “aptitudes e idoneidad” estipulados en la convocatoria y está listo para ocupar un cargo al cual llega manchado, pero como cuota partidista.
Por si fuera poco, se le liga con la administración del ex gobernador Roberto Borge, extraditado y bajo proceso por muchos delitos de corrupción y daños al patrimonio de Quintana Roo.