Los empleados de Google, en particular sus empleadas, comenzaron una serie de paros este jueves en sus oficinas alrededor del mundo en protesta por la manera en que la empresa ha manejado casos recientes de acoso sexual.
Los paros se realizan a las 11:00 horas de cada sede de la corporación, con el primero en Singapur, y ocurren pese a los 48 despidos que se han ordenado en los pasados dos años de empleados acusados de estas prácticas, incluídos 13 altos ejecutivos.
Sin embargo, esta crisis estalló al conocerse que el creador del sistema operativo Android para móviles, Andy Rubin, había recibido un pago de 90 millones de dólares tras dejar la firma acusado de acoso sexual sucedido en 2013 que la empresa consideró creíble, aunque él lo negó.
En la red social Twitter se da cuenta con tuits y fotografías de las acciones que ya se han realizado además de Singapur, en las oficinas del corporativo informático en Japón e India.
Bajo el hastag #GoogleWalkout la información de los paros se disemina por las redes sociales, donde también comienzan a aparecer fotografías de sus trabajadores reunidos en protesta a las afueras de las oficinas.
En presidente ejecutivo Sundar Pichai en una comunicación a los empleados validó su derecho a la protesta, pues entiende el disgusto que sienten y que él comparte.
Estoy comprometido por completo, agregó, en avanzar en un tema que ha persistido en nuestra sociedad y, sí, aquí en Google también, reconoció.
Al iniciar el paro los empleados dejan una nota en sus escritorios donde explican que no se encuentran porque están en protesta por el acoso sexual, la falta de transparencia y una cultura laboral que no funciona para todos.
Los paros van acompañados de seis demandas, la primera finalizar los arbitrajes obligatorios en casos de acoso y discriminación, tanto para los cuales empleados como para los futuros.
También demandan el compromiso para terminar con la desigualdad en pagos y oportunidades. Piden un reporte público sobre el acoso sexual en la compañía, así como un proceso claro y uniforme para reportar ese tipo de situaciones.
De la misma manera demandan que la jefatura de diversidad acuerde directamente con el presidente ejecutivo y pueda hacer recomendaciones directas al consejo de administración, en el cual debe de haber un asiento para un representante de los empleados.
Este problema no es exclusivo de Google. En Silicon Valley, sede de varias de las más importantes empresas tecnológicas del mundo, una encuesta de 2016 reportó que 60 por ciento de las mujeres entrevistadas que laboran en ese lugar de California, reportaron haber sufrido avances sexuales indeseados.
Además, 87 por cieno dijo que había escuchado comentarios degradantes de sus compañertos de trabajo, y casi 40 por ciento de quienes habían sido acosadas guardaron silenció por temor a dañar sus carreras, indica la encuesta “Elephant in the Valley”, recordada por la BBC.
aarl