Muchos brincos en un segmento de élite del sector privado estando el suelo tan parejo: el nuevo Gobierno puso en la mesa nuevas reglas y se empieza a entender que todo se trata de un esquema de cooperación en el contexto de un cambio político sin precedente en los últimos 50 años.
Después de unas semanas de inquietud y cuestionamiento sin fin sobre la consulta, acerca de intenciones autoritarias imaginadas y ante la inquietud de verse desplazados del centro de un procedimiento opaco que comenzó a estar en desuso -claramente en el estilo y fondo de la relación con los actores predominantes-, voces de los contratistas del proyecto de Texcoco difundieron que la sangre les regresó al cuerpo.
Otros apenas perciben, con retraso, de qué se trata el nuevo régimen.
Por lo pronto, parecen regresar “la tranquilidad y la confianza”, según las afirmaciones de quienes fueron entrevistados al salir de su encuentro con el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador.
En la mesa de negociación de la real politik se presentan dos opciones: de un lado, entrar en colisión jurídico-política con el tiempo nuevo de uso y ejercicio del poder constitucional y, de otro, asumir que hay nuevos actores en la mesa con disposición de mando y que es con ellos y a su ritmo como otras posibilidades se abrirán.
Ya se había indicado en la Cumbre de Negocios de Guadalajara: “No se preocupen”. El llamado a entender las nuevas reglas se expresó nuevamente hace una semana. Sin embargo, los actores políticos, mediáticos y económicos afines al proyecto de Texcoco quisieron subrayar lo que sus miedos les indicaban ignorando datos, señales, información e inteligencia.
A pesar de la insistencia en que todo sería la imposición de una medida tomada de antemano, hay claro asomo de un acuerdo.
El mensaje ayer fue que todo será posible, siempre que sea legal y se considere el contexto de terminación de componendas en las cuales el Presidente actual pudo haber sido en varias ocasiones “florero” ante acuerdos económicos y políticos poco claros.
Guadalupe Philips, directora general de ICA; Alberto Pérez Jácome, directivo de Hermes Infraestructura, ante los medios y otros personajes presentes en las reuniones de evaluación ayer mismo, en las comidas y por la tarde, compartieron su sensación de que debe respetarse la decisión del Gobierno entrante, de que la conversación en la comisión especial establecida por instrucción de AMLO puede funcionar y que los mecanismos de acuerdo incipientemente insinuados pueden todos prosperar.
Algunos hasta se dijeron “muy contentos” de lo dicho por AMLO en la reunión privada. Habrá, pronosticaron, “conciliación ordenada y civilizada” y, en contraste con sus propias opiniones del lunes, dijeron que “no hay incertidumbre”.
Así que habrá dos cosas: compensación en obra y actuación legal de las partes procurando evadir choques costosos e inútiles. De otra manera es imposible entender los vaivenes de opinión en el sector privado.
@guerrerochipres