Será difícil conseguir a un líder político de la talla de la canciller alemana Angela Merkel. Desde hace 13 años ostenta el poder de uno de los países más relevantes del mundo. Pero no, Angela Merkel ya ha dicho que no va a continuar, que ya no se presentará a las elecciones de 2021. Y es más, expone que no le hace falta ningún puesto ni en Naciones Unidas, ni en la Unión Europea ni tampoco sillas honoríficas que otros muchos utilizan de manera vitalicia. Angela Merkel se marcha a su casa a cuidar de su familia.
Sí, porque Angela Merkel es mucho más que una canciller. A Alemania se le queda la sensación de vértigo y orfandad al perder a la “madre”. Francia pierde a su principal aliado en un momento delicado ahora que Gran Bretaña se marcha de la Unión Europea y parece que el Viejo Continente comienza a resquebrajarse.
También Bruselas se queda sin su principal interlocutor. La capital de la Unión Europea necesita todavía emprender muchas reformas que podrían quedar colapsadas sin la ayuda teutona de Merkel.
Los grandes líderes mundiales apostaron por ella. Tal vez el más ferviente de ellos fue, nada más y nada menos, Barack Obama. Sus relaciones con la canciller alemana fueron tan buenas que el diálogo transatlántico se convirtió en muy fluido.
A pesar de los pesares, también ha sido un dique de contención hacia la Rusia Imperialista del presidente Vladimir Putin.
Sus homólogos europeos siempre la respetaron y todos tenían un concepto óptimo de ella, empezando por el anterior Jefe del Ejecutivo español, Mariano Rajoy, con el que llegó a tener una relación personal.
Angela Merkel ha sido una mujer muy valiente. Su política a favor de la inmigración generó muchas controversias, pero fue un éxito de solidaridad. En los últimos años, Alemania permitió el paso a más de dos millones de inmigrantes, la mayoría ciudadanos sirios. La canciller alemana dejó libre el paso a esos millones de inmigrantes antes de dejarles morir de hambre y de frío en las fronteras europeas.
Pero el poder desgasta, y mucho, y Angela Merkel no iba a ser una excepción. Hace auténticas albricias para poder gobernar con los socialistas del SPD de Martin Schulz. Sin embargo, no tiene apoyos para sacar las leyes adelante en las dos cámaras. Esa falta de apoyos le están haciendo que el país sea ingobernable. Pero además está la otra razón de peso, y es que 13 años dan para mucho.
Por eso esta mujer tranquila, afable y sosegada anuncia su retirada definitiva de la política. No lo va a hacer de un día para otro. Lo hará de manera gradual hasta 2021. Luego volverá a hacer lo que siempre quiso: una mujer que cuida a su familia.
Perdemos una política global, de ésas que ya no hay. Ella, sin embargo, gana vida. Es comprensible.