Después de años de intentar el cambio, supo ocupar los terrenos que otros dejaron.

Siempre sabe aprovechar la oportunidad para explicar a los ciudadanos lo que está haciendo a su favor; los deja razonablemente satisfechos y contentos por la decisión que tomaron.

Otros destinatarios de sus mensajes están molestos con su irrupción, pues amenaza con desestabilizarles todo, poniéndolos en riesgo.

Con un fuerte respaldo y claro en sus objetivos, comienza a tomar decisiones que no son aceptables para algunos.

Así lo dijo Andrés Manuel López Obrador, Presidente electo:
“Cuánto escándalo, cuánta bulla, cuánto ruido por lo de la consulta sobre el aeropuerto. Es una campaña orquestada por los que se sienten afectados. Hemos dicho una y mil veces que vamos a garantizar las inversiones, los contratos, que no hay nada que temer”.

Dicen que las verdaderas guerras son siempre por dinero y las negociaciones sacan lo peor de cada lado.
Y dijo el Presidente electo:
“Entiendo que estén molestos porque ya no van a poder hacer ese negocio, afortunadamente los inversionistas y los mercados en abstracto actúan con inteligencia, con información, con responsabilidad…”.

Para él es inaceptable que haya quienes se aprovechen del sistema y les da allí donde les duele: “Cero corrupción, cero impunidad, no va a haber interés personal o de grupo por poderoso que sea, que haga negocios al amparo del poder público, con el dinero de los mexicanos. Se terminó ya la corrupción”.

Las estimaciones indican que ha tenido el impacto previsto y anunciando que las reglas son para todos, revela secretos guardados: “Lo que estaba de por medio en la construcción en el aeropuerto de Texcoco será quedarse con los terrenos del actual aeropuerto, llegue a ver hasta el anteproyecto, ya tenían pensado hacer una especie de Santa Fe en las 600 hectáreas del actual aeropuerto”.

A pesar de la espectacularidad de las cifras y de las estrategias de defensa, la negociación parece estar totalmente cerrada y aclara que no son sanciones, sino la voluntad del pueblo: “Hay que notificarles a algunos, hay que informarles que ya es otro México y que yo no voy a ser el florero, no estoy de adorno, yo traigo un mandato de los mexicanos, quieren que se acabe, que se destierre la corrupción y la impunidad, y me canso, ganso. Vamos a acabar con la corrupción”.

Por eso están furiosos algunos.

Y viene el próximo episodio, por supuesto no contra los ciudadanos.
Milonga: los dolores de cabeza para el sector empresarial apenas comienzan, que se preparen porque viene el llamado “nuevo sindicalismo” a defender a millones que son abusados en sus derechos laborales.

jfcastaneda9@hotmail.com