Por decreto, ya nos ahorramos las pensiones de los ex Presidentes de la República. ¡Qué gran victoria!

Ahora, vamos contra el Poder Judicial: hay que bajarle el sueldo también a los jueces y magistrados, porque ganan mucho, y la nueva mayoría lo puede hacer.

¿Y después…?
Quizá lo que debe revisarse es el abuso en los gastos de los ex Presidentes. Habría que ponerles límite. Pero dejarlos sin pensión vulnera la seguridad nacional.

¿De qué vivirán los ex Presidentes cuando terminen su gestión? Los estaremos empujando a que hagan favores a empresas y a organismos internacionales, y después se contraten con ellos.

La pensión a los ex Presidentes tiene esa finalidad. Que sirvan a la nación, sin pensar en dónde se emplearán al terminar su gestión o a quién le hacen el favor para, después, al final del sexenio, cobrárselo.

¿Cómo puede un Presidente tomar las medidas necesarias contra la corrupción, si al final de sexenio tiene que pedir empleo a los mismos que combatió? O peor aun, si al final se va a quedar sin protección para él y su familia.

Después de tener acceso a información que compromete la seguridad y la estabilidad de la nación, vamos a enviar a los ex Presidentes a trabajar de asesores de la banca mundial, de las farmacéuticas y las petroleras para que utilicen esos expedientes confidenciales.

Un ejemplo de lo que se puede hacer nos lo dio el ex presidente Ernesto Zedillo, quien, por cierto, renunció a su pensión (pues claro, así, ya ni la necesitaba).

Durante su gobierno se privatizaron los ferrocarriles, y tiempo después de terminada su gestión apareció como directivo de Union Pacific. En 2006 ya no se reeligió en ese cargo, pero durante seis años la UP tuvo a la mano información privilegiada y hasta confidencial, propiedad de los mexicanos.
Hace cuatro años todavía había intentos de demandarlo por parte de un grupo de diputados, entre quienes estaba Ricardo Monreal, por haber vendido el sistema ferroviario “a un risible costo de mil 400 millones de dólares” y después trabajar para una empresa internacional del mismo ramo.

La información, los contactos y, en caso de que se den, “los favores” harán que poderosas empresas ronden la casa presidencial cada fin de sexenio, o antes, en busca de datos estratégicos nacionales para su empresa, a cambio de un cargo de presidente o vicepresidente en el corporativo.

… ¿Y qué decir de la delincuencia organizada o de la corrupción?, ¿cómo atacarla si al final de cada administración los mandatarios van a quedar vulnerables?, ¿sin seguridad?

#¿LoboEstásAhí?
Sobre el tema del Poder Judicial ya habló el doctor Diego Valadés en una entrevista publicada esta semana en la revista Proceso. En donde explica cómo también existe el riesgo de vulnerar al Poder Judicial al quitarles independencia y estabilidad.

La iniciativa para reducir el salario a jueces y magistrados federales “es una regresión de las más importantes que podamos tener en el orden constitucional (…) me parece altamente regresivo y muy desconcertante”.