BRASILIA.- El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, reiteró hoy su deseo de que la reforma del sistema de jubilaciones que propuso el Gobierno de Michel Temer se apruebe este mismo año, antes de su investidura, el próximo 1 de enero.
“Nos gustaría que saliera alguna cosa” sobre ese asunto, declaró Bolsonaro después de un acto por el trigésimo aniversario de la promulgación de la Constitución nacional celebrado en el Parlamento, al que acudió por primera vez en su condición de presidente electo.
La reforma del régimen de jubilaciones, considerada urgente por el mercado financiero y los sectores empresariales para atajar el creciente déficit público brasileño, se discute en el Congreso desde hace mas de un año, pero el trámite fue obstaculizado por el propio proceso electoral y problemas políticos enfrentados por Temer.
Bolsonaro admitió que la reforma propuesta por el actual Gobierno no es “la ideal”, pero sostuvo que es necesario que se avance en aquello que “se pueda aprobar” a fin de que, una vez en el poder, su equipo económico presente una propuesta para “el futuro”.
Esa posición fue subrayada por Paulo Guedes, su futuro ministro de Economía, quien le acompañó en el acto celebrado en el Parlamento y dijo a periodistas que la aprobación antes del 1 de enero de la propuesta ya en trámite sería “un bello final” para el Gobierno de Temer.
“Creo que es urgente“, apuntó Guedes sobre esa reforma, en la que consideró que el país “está bastante atrasado”.
Guedes, quien según el propio Bolsonaro será el cerebro económico de su Gobierno, ha anticipado que pretende avanzar hacia un régimen de capitalización individual similar al chileno, pero también dijo que en principio se debe cambiar el actual sistema de jubilaciones y pensiones, para facilitar la transición entre uno y otro modelo.
Una de las propuestas del proyecto enviado al Congreso plantea el establecimiento de una edad mínima para la jubilación, que no existe actualmente en Brasil, y fijarla en 65 años para los hombres y 60 para las mujeres.
Bolsonaro, sin embargo, se ha declarado en contra de esos límites y afirmado que “un buen comienzo” sería fijarlos en 61 años para los hombres y 56 para las mujeres, al menos en el sector público.
También ha dicho, con vistas al Gobierno que asumirá el 1 de enero, que sería “un gran paso” que ese asunto sea aprobado antes de esa fecha, para concentrar el inicio de su gestión en otros asuntos que también considera prioritarios para el país.
Bolsonaro, capitán de la reserva del Ejército y polémico por sus posiciones de ultraderecha, llegó hoy por primera vez a Brasilia desde los comicios del pasado 28 de octubre y pasará tres días en la capital para ajustar detalles de la transición con Temer, tras lo cual regresará a Río de Janeiro, donde tiene su residencia privada.
El actual mandatario le recibirá este miércoles en el Palacio de Planalto, sede del Gobierno, y Bolsonaro adelantó hoy que uno de los asuntos que pretende discutir es precisamente la reforma del régimen de jubilaciones.
“Conversaremos mañana con Temer y veremos qué se puede hacer” con respecto a una eventual aprobación de la reforma en el Parlamento, dijo Bolsonaro a periodistas.
gac