El diputado de Morena, Irán Santiago Manuel, presentó ayer, en la Cámara de Diputados; una iniciativa para reforman la Ley General de Educación y abrogar la Ley General del Servicio Profesional Docente y la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación.
Con ello, detalló, desaparecería el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), entidad creada en agosto del 2002, por el entonces Presidente, Vicente Fox Quesada.
El INEE es un organismo público autónomo cuya tarea principal es evaluar la calidad, el desempeño y los resultados del Sistema Educativo Nacional en la educación preescolar, primaria, secundaria y media superior.
Al presentar su propuesta, el diputado Santiago Manuel, aseguró que se debe definir un proyecto de educación alternativa y una postura democrática donde se dé la participación de padres de familia y alumnos con el liderazgo de los maestros en cada escuela, comunidad y región.
Consideró que se debe abrogar la Ley del Instituto Nacional de Evaluación de la Educación y la Ley General del Servicio Profesional Docente “para que no sigan atentando contra los derechos laborales del magisterio, ya que representan el resultado de reformas educativas neoliberales impuestas que dañan la estructura educativa nacional”.
Consultado al respecto, el politólogo y catedrático de la UNAM, Edgar Ortiz Arellano, expresó que desaparecer el INEE y con ello las políticas públicas de medición generará opacidad e incertidumbre ante los resultados y los recursos públicos destinados a la educación, y sería un retroceso para el sistema educativo mexicano.
Ortiz Arellano, remarcó que se provocará que la calidad de la enseñanza quede en manos de unos cuantos burócratas, del Presidente de la República, y de grupos sindicales que controlarán la educación pública básica en el país.
“No habrá forma de contrarrestar lo que ellos decidan. No vamos a tener instrumentos confiables para verificar que efectivamente el alumno está aprendiendo y el maestro esté enseñando”, dijo.
Frase
“Donde no hay evaluación, ni supervisión, ni rendición de cuentas u obligación de rendirlas, siempre se cae en esquemas de corrupción y de manipulación de cifras y datos”.
Edgar Ortiz Arellano, catedrático de la UNAM.
LEG