En febrero de 2014, los diputados federales y locales del PRD presentaron dos iniciativas, una local y otra federal, para regular el consumo de la mariguana en el entonces llamado Distrito Federal.
En ese año se arrancó el debate por la legalización; en dicha propuesta se establecía, por ejemplo, contar con espacios para el abastecimiento seguro de la mariguana, es decir, la creación de una especie de dispensarios donde la gente pudiera obtener el producto sin mayor riesgo.
En ese momento, la propuesta era que cada persona que quisiera comprar la mariguana para uso medicinal o lúdico pudiera traer consigo hasta 30 gramos, y de esta forma no estaría cometiendo un delito de portación.
La propuesta de los legisladores incluía que en los dispensarios no se podría suministrar ninguna droga distinta a la cannabis, ni siquiera alcohol o tabaco.
Cuatro años después las cosas han cambiado. El debate de aquella época que sólo se quedó en el tintero de los legisladores se fue transformando gracias a los amparos que se fueron resolviendo en la Suprema Corte y los cuales ahora conforman una jurisprudencia, que autoriza el consumo personal de la mariguana con fines lúdicos y recreativos sólo para aquéllos que tramiten un juicio de amparo.
Con todos estos antecedentes, este jueves la ministra y senadora Olga Sánchez Cordero presentará ante el pleno de la Cámara alta la propuesta que junto con el grupo de Morena intenta impulsar la legalización de esta droga para fines personales, científicos y comerciales.
La propuesta habla de una regulación legal estricta, es decir, el punto medio entre prohibición absoluta y el libre mercado. Por ejemplo, se establecen sanciones muy estrictas para quien consuma mariguana mientras conduce un vehículo o maquinaria peligrosa. Y las sanciones son aun mayores si se usa frente a niños y jóvenes.
Tras el fallo de la SCJN, esta iniciativa sí permite la siembra, cultivo, cosecha, producción, transformación, etiquetado, empaquetado, distribución, publicidad, patrocinio, transporte, distribución, venta y comercialización.
Quienes decidan sembrarla y cultivarla para uso personal y en propiedad privada podrán mantener hasta 20 plantas.
Pero, ojo, para su producción se contará desde dos hasta 150 socios, y cada uno de ellos podrá producir hasta 480 gramos de la hierba al año. La ley es dura en sus sanciones y establece que los excedentes deberán ser donados a instituciones. Estos socios deberán, además, conformar las ahora denominadas cooperativas de producción, y para ello tendrán que tramitar una licencia de autorización, crear un Código de Ética y acreditar haber tomado al menos un curso de generación de capacidades para el autoconsumo.
Es importante destacar que quedará prohibido proveer mariguana a personas ajenas a la cooperativa o a otras cooperativas.
Para todo ello se propone crear el Instituto Mexicano de Regulación y Control de Cannabis (IMRCC), un órgano desconcentrado de la Secretaría de Salud que se encargue de regular, reglamentar, monitorear, sancionar y evaluar el sistema de regulación, así como de concentrar el padrón de productores.
Finalmente, la propuesta de la ministra también detalla que en el uso comercial se dará autorización para obtener licencia sólo con los fines de uso farmacéutico, terapéutico, paliativo, herbolario, adulto o industrial.