Foto: Cuartoscuro / archivo Se sumarán entidades del área de las humanidades para la elaboración de la propuesta, entre ellas la Facultad de Psicología y el Instituto de Investigaciones Jurídicas  

Debido a que el excesivo uso de antibióticos generará 10 millones de muertes al año, la UNAM diseñó un plan para hacer frente a este problema en coordinación con 16 hospitales e institutos nacionales de salud, con lo que compartirá información.

La casa de estudios estableció el Plan Universitario de Control de la Resistencia Antimicrobiana (PUCRA), que une esfuerzos de diversas entidades y disciplinas para elaborar una propuesta de política pública encaminada al control de antibióticos.

El objetivo de esta iniciativa, encabezada por el Programa Universitario de Investigación en Salud (PUIS), es fundamentar la necesidad de disminuir el uso de antibióticos en el país, en todas las áreas: práctica médica, veterinaria, odontología y agroindustria, entre otras, explicó Samuel Ponce de León, coordinador de esa entidad.

El mayor consumo se da en la industria agropecuaria, pues de cada 100 toneladas de antibióticos, 70% se utiliza para engordar con mayor rapidez al ganado o para evitar que enfermen y mueran peces en las granjas acuícolas. Mientras que el 30% restante se usa para atender problemas de salud humana o animal, según un comunicado de la UNAM.

“La agroindustria considera que si no utiliza estos ‘promotores del crecimiento’ podrían disminuir sus ganancias; no obstante, hay alternativas para mantener el ritmo de producción, pero requiere inversiones”, detalló el infectólogo.

El universitario resaltó que una vez desechados, los antibióticos llegan a los mantos freáticos y caudales de agua, en donde entran en contacto con bacterias, que desarrollan aún más resistencia.

Derivado de esta situación, en las siguientes décadas podría incrementarse el costo de la atención médica, pues muchos procedimientos perderán efectividad y tendrán más posibilidad de ocasionar complicaciones.

“Si no se toman acciones ahora, las consecuencias serán graves e impactarán en mayor medida en las economías de los países más débiles”, añadió el especialista.

“Implementaremos programas de educación para la utilización correcta de antibióticos a nivel pregrado y posgrado. Ya estamos organizando a los profesores. También haremos propuestas concretas de cómo se tiene que regular su uso industrial”, insistió.

Otra de las líneas de trabajo es impulsar que la investigación en la materia sea una prioridad nacional, financiada por instancias federales.

LEG