Por Ana Luisa Ochoa
La marcha del domingo fue un éxito, celebran participantes y organizadores, ¿por qué? Porque no hubo enfrentamientos, ni pintas, ni intervención de la fuerza pública.
Los organizadores dicen 20 mil, las autoridades 6,000, pero ¿qué tiene eso de relevante? Solo es una cifra mayor o menor en los diarios del lunes. Tampoco importa si eran mujeres, hombres, fifís, ninis, nanas, mamás o papás. La verdad eso además de anecdótico no suma. Como tampoco han sumado las miles de marchas que se llevan a cabo a diario en la Avenida Paseo de la Reforma, “del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino”.
¿Por qué? pues porque para que se de un proceso de comunicación hacen falta dos, el que hable y el que escuche, pero si no hay alguien que quiera oír, de nada servirán que miles de voces, seis mil, 20 mil, o millones, griten física o virtualmente exigiendo ser escuchados.
Aunque, hay que recordar que la Guerra del Té que dio inicio a la Indepencia de Estados Unidos fue iniciada por 60 colonos, y que Gandhi inició su famosa Caminata de la sal, con unos cuantos, hasta que la policía tuvo que encarcelar a 60 mil manifestantes.
Por eso, no hay que perder la esperanza de que de tanto gritar se destape el oído derecho… que el izquierdo bien que funciona.