El decreto de amnistía para presos políticos que impulsa el Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador (para pacificar al país y promover la justicia social, según ha referido), debe delimitarse, con el fin de conocer para qué casos aplica y evitar que arbitrariamente se otorgue o niegue la medida, afirmó Carlos Zazueta, investigador para México de Amnistía Internacional, una organización con presencia en más de 150 países del orbe.
Durante una entrevista con 24 HORAS, planteó que “México necesita medidas drásticas” ante la escala de violencia e impunidad en el país, pero dejó en claro que la amnistía debe prohibirse para delitos de derecho internacional y violaciones graves de derechos humanos. Así, refirió, no aplica para casos de tortura, ejecuciones extrajudiciales y desaparición forzada.
Detalló que AI ha apoyado en la liberación de 75 presos de conciencia, que incluyen casos del período de la guerra sucia; los últimos han sido Ildefonso Zamora Baldomero y José Ramón Aniceto Gómez.
¿Qué opina de la propuesta de amnistía de Andrés Manuel López Obrador?
-Los Estados sí pueden dar amnistías bajo el derecho internacional, pero no puedan darse para delitos de carácter internacional o para violaciones de derechos humanos. Es decir, no puede haber una amnistía que cubra tortura, ejecuciones extrajudiciales, desaparición forzada y algunos otros ilícitos; ahí sí hay una prohibición muy clara en derecho internacional. Es un límite que no debería pasar ningún Gobierno.
¿Amnistía o indulto?
-Son dos cosas distintas, una amnistía debería ser sobre las conductas o delitos y una lista de personas a liberar debería ser materia de indulto; no de amnistía, porque sería una ley privativa.
No se puede hacer una ley para liberar a una persona, pero el Presidente puede indultar; son caminos distintos. Necesitamos esperar a que presenten una iniciativa y tengamos un documento firme que analizar.
¿Cuál es el perfil que debe tener un preso político o un preso de conciencia para ser beneficiado por la amnistía?
-Nosotros no usamos el término de preso político porque hay ciertas ambivalencias y no es un término en derecho internacional. Lo que solemos hacer es determinar si la persona está o no privada arbitrariamente de la libertad, una detención arbitraria será una determinación común en derecho internacional y es más adecuado.
Es más amplia la detención arbitraria que el término de preso de conciencia, porque no debe tener una motivación política, no tiene que ser por el ejercicio de sus derechos; puede ser simplemente porque se llevó mal el proceso.
Un preso de conciencia, para la organización, es alguien que fue detenido sólo por ejercer pacíficamente sus derechos; por ejemplo, por manifestarse por defender el bosque, por intentar ayudar a migrantes. Eso es un proceso de conciencia, que sólo por quien es, por discriminación o por el ejercicio de sus derechos, lo detienen.
Para quienes hicieron un ejercicio con violencia, por alguna cuestión política que consideren que la ameritaba, para Amnistía Internacional no sería un preso de conciencia.
¿Se corre el riesgo de que abogados utilicen la amnistía para buscar liberar a sus clientes?
-Cualquier decreto o cambio legal que posibilite la libertad de las personas va a ser usado por sus abogados para intentar buscar su libertad, porque ése es su trabajo.
El punto es que el dispositivo legal que usen: decreto, una ley especial o una ley general debe estar suficientemente robusta, bien hecha, para contener sólo los casos a los que se desea dar amnistía y no se tenga muchos entresijos y fisuras, para que ahí entre todo.
¿La amnistía es un fuero para aquéllos que quieran volver a delinquir?
-No, porque se debe aplicar sólo para hechos pasados. Si alguien vuelve a cometer un delito, no le debería de aplicar nuevamente la amnistía.
¿Qué debe contener una amnistía y cuál sería el proceso para emitirla?
-Debería ser hecha por el Congreso, es una facultad de éste, no del Ejecutivo. El Presidente lo que puede dar es un indulto, que es caso por caso. Una amnistía es distinta, ya que cubre una categoría de casos, como robos en menor cuantía y sin violencia.
Debería ser una ley aprobada por el Congreso y estar claramente delimitada para que se sepa en qué casos aplica y en qué casos no. Tiene que haber claridad para todos para evitar que arbitrariamente se otorgue o niegue la medida.
Debe prohibirse para delitos de derecho internacional y para violaciones graves de derechos humanos, y debe tener en cuenta los derechos de las víctimas.
¿Cuáles son las amnistías que han funcionado bien en otros países y que México debe tomar en cuenta?
-No hay muchos ejemplos buenos de amnistías; tenemos varios procesos malos, por ejemplo, aquellos que se llevaron a cabo en Centroamérica y en el Cono Sur para intentar proteger a perpetradores de violaciones de derechos humanos.
Como ejemplo, Argentina o la ley de amnistía de El Salvador, que intentaban proteger a soldados y a otros funcionarios públicos que habían cometido atrocidades, lo cual obstaculizó los esfuerzos de justicia por mucho tiempo hasta que se fueron quitando esas leyes.
¿Considera que con una amnistía se pacificará al país?
-México necesita en estos momentos, con el nivel de violencia y de impunidad, muchas medidas drásticas; profundas, para revertir la impunidad. La amnistía puede ser una de ellas si es parte de un entramado bien diseñado para hacer funcionar al sistema de justicia, si no, no.
Lo que urge es tener procuradurías que sirvan y policías que hagan bien su trabajo; urge revisar el catálogo de delitos para ver si hay algunos que no deberían ser considerados ilícitos o si hay conductas que no se están sancionando y se deberían sancionar.
Si es parte de un plan para mejorar el sistema de justicia podría servir, sobre todo si se intenta en situaciones que hayan causado poco daño a la sociedad; (si es para) revertir la sanción de prisión porque hubo miles de juicios injustos, podría ser un elemento más. Si está sola esa medida no va a revertirla; la impunidad no se revierte.
¿Han tenido algún acercamiento con Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación?
-Estamos abiertos al diálogo con las nuevas autoridades. Si nos llaman para que les demos nuestra opinión y podamos aportar al proceso, lo haremos, con mucho gusto.