Los primeros contingentes de la segunda caravana migrante descansan en la caseta de Tepotzotlán, algunos llegaron a pie y otros gracias a los “aventones” brindados por conductores de camiones y tráileres.
De manera segmentada, arriban a este espacio hombres, mujeres y niños, quienes son recibidos por personal de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de México (CODHEM), brigadas médicas y grupos religiosos.
Los migrantes hacen fila para recibir tortas, tamales, fruta y agua, alimentos que son repartidos por un grupo de voluntarios, en este caso, de la Parroquia de San Cristóbal del municipio de Coyotepec.
“No nos quejamos, como dicen, nos han tratado bien, nos han ayudado mucho en México”, dice un hombre de origen salvadoreño, quien carga una caja llena de galletas para mitigar el hambre durante su camino en busca de llegar a Estados Unidos.
La responsable de la Unidad Médica de Tepotzotlán, Verónica Badillo, indicó que en la última semana se atendió a aproximadamente 300 migrantes por día, con la aplicación de vacunas, toma de presión, además de proporcionarles sueros y agua.
“Por el momento no hemos tenido reporte de casos serios; como se puede notar, se atienden por el cansancio y porque les afecta el frío”, comentó la funcionaria del Instituto de Salubridad del Estado de México.
La mayoría de las personas que arriban a este lugar descansan, ingieren alimentos y se enfilan para solicitar “aventones” que los dirijan al Estadio Corregidora. En la autopista México-Querétaro se observan tráileres con migrantes abordo.
Un grupo de personas recibió ayuda de camiones de una empresa privada, con la finalidad de transportar a los migrantes de la caseta de Tepotzotlán hacia Querétaro.
aacg