El narcotraficante Jesús Zambada García vinculó a Joaquín “El Chapo” Guzmán con al menos seis asesinatos, tres de los cuales fueron disputados por la defensa del acusado durante la continuación de su juicio este lunes en Nueva York.
Durante la cuarta sesión del juicio iniciado la semana pasada, Zambada García declaró que Guzmán ordenó el asesinato de tres funcionarios de alto rango de agencias de seguridad de México, incluidas la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) y la Procuraduría General de la República (PGR), así como de tres operadores de organizaciones dedicadas al tráfico de drogas.
En el interrogatorio llevado a cabo por la fiscal Gina Parlovecchio, Zambada expresó que Guzmán consintió en que se asesinara en 2005 al narcotraficante Julio Beltrán, quien había matado a un asociado del cártel de Sinaloa.
Asimismo, Guzmán ordenó en 2008 el asesinato de un supuesto narcotraficante venezolano, ubicado como “Raúl”, quien de acuerdo con Zambada los traicionó para trabajar con Arturo Beltrán Leyva.
Según el testigo, quien se declaró ya culpable de delitos relacionados con el tráfico de drogas, Guzmán también ordenó el asesinato de su exsocio, Rodolfo Carrillo Fuentes, quien había decidido cooperar con el grupo rival de Los Zetas.
Luego de tres días de ser interrogado por la fiscalía, Zambada fue esta tarde cuestionado por uno de los abogados de Guzmán, William Purpura, quien puso en duda varios de sus testimonios ofrecidos este lunes y, en general, su credibilidad como testigo.
Purpura utilizó esencialmente las deposiciones realizadas por Zambada tras ser extraditado a Estados Unidos en 2014, en donde aparentemente se contradijo en varias ocasiones respecto de lo que testificara este lunes en Nueva York.
En los testimonios ofrecidos en 2014, Zambada nunca mencionó que Guzmán ordenara el asesinato de Beltrán, sino que este crimen fue ideado por “El Mayo” Zambada, entre otras diferencias.
Ante los cuestionamientos para confirmar si había omitido implicar a Guzmán en varias de las ejecuciones que durante este juicio le imputara, Zambada se limitaba a responder: “quizá no”.
Aunque el caso no contiene acusaciones de crímenes violentos, el cargo más importante para el acusado, el de empresa criminal continua, necesita para ser sustentado mostrar a Guzmán como mente criminal. Para ello, la fiscalía busca vincular a Guzmán con asesinatos.
La defensa, mientras tanto, apunta no solo a demostrar que Guzmán no ordenó tales ejecuciones sino que Zambada es, en general, un testigo habituado a mentir.
Para ello, Purpura no solo mostró contradicciones entre testimonios de Zambada entre 2014 y el presente sino que utilizó al menos dos alias con el que el testigo obtuvo pasaportes y visas de Estados Unidos para viajar por el mundo.
Por su parte, ataviado con un traje gris, Guzmán lució animado, intercambiando miradas y palabras delineadas en silencio con sus labios con su esposa, Emma Coronel, sentada entre el público. La defensa continuará mañana martes con su interrogatorio a Zambada.
DAMG