Dice la vieja conseja popular: “De los arrepentidos será el reino de los cielos”. Sin embargo, en el caso mexicano, la terca y fría realidad muestra otro rostro del viejo refrán. ¿Por qué?
Porque hoy no sólo crece el número de arrepentidos de votar por Andrés Manuel López Obrador –el 1 de julio-, sino que esos arrepentidos nunca encontraron “el reino de los cielos”, sino la cruda realidad del desempleo, la desesperanza, la falta de educación de calidad para sus hijos y, en suma, la cancelación del futuro. ¿Lo dudan?
Ejemplo 1. De los miles que marcharon contra la simulación de la consulta para tirar el NAIM -el 11, a las 11, del 11-, un reducido grupo eran policías federales; de esos miles de mujeres y hombres que todos los días dan la vida por el resto de la sociedad.
Uno de ellos contó desesperado que la mayoría de sus compañeros, en la Policía Federal, votaron por López Obrador, con la esperanza de que hiciera posible un cambio. ¿Un cambio hacia dónde…? No lo supieron explicar.
La realidad, sin embargo, les devolvió un escupitajo en el rostro. ¿Por qué? Porque Obrador detesta a los policías, militares y marinos; cree que su trabajo es inútil y, además, considera que son un puño de corruptos y ladrones.
¿Qué va a pasar con la Policía Federal y con los grupos de élite de la Marina y la Sedena…? Lo más probable es que desaparezcan y que sus efectivos sean reagrupados en el híbrido sin pies ni cabeza motejado como Guardia Nacional, que podría ser instrumento de represión contra opositores.
¿Y qué pasará con las familias; con los hijos de todos los policías, los marinos y militares arrepentidos que votaron por AMLO, esperanzados en un cambio? ¿Que se chinguen, porque a nadie le importan?
Como tampoco importan las familias cuyos hijos deberán dejar escuelas privadas, cuya hipoteca no se podrá pagar, ¡cuyo futuro fue cancelado!
Ejemplo 2. Y tampoco importan los casi 50 mil jefes o jefas de familia que debieron dejar sus esperanzadores empleos, una vez anunciada la cancelación del NAIM.
A nadie en Morena le importa que detrás de cada desempleado del aeropuerto –muchos de los cuales votaron por Morena-, cada una de esas familias vive un drama vital; la cancelación de la educación de los hijos, el fin del sueño de una casa, la ruina del futuro y la desesperanza. Casi 50 mil jefes de familia, multiplicado por cuatro miembros por familia. Toda una tragedia.
Ejemplo 3. Luego del 1 de julio, las instituciones bancarias llevaron a cabo un despido masivo de personal. El argumento: la digitalización. Lo cierto, que vieron venir el riesgo del nuevo Gobierno.
Hoy, cuando Morena lanzó el zarpazo contra los bancos, los despidos pueden llegar, en total, a 20 mil empleados. ¿Cuántas tragedias familiares, cuántas carreras frustradas, cuántos hijos sin escuela privada, cuántos futuros personales cancelados…?
Muchos empleados de banco, igual que policías y trabajadores del NAIM creyeron que AMLO era el cambio. De los arrepentidos…
Al tiempo.