El esclarecimiento del estatus de Gibraltar, un pequeño territorio británico en el extremo sur de España, parece ser un peñón en el camino hacia la firma del acuerdo para la salida ordenada de Reino Unido de la Unión Europea, aunque la desde la Comisión Europea no confirma, ni se niega nada.
El encuentro de la primera ministra británica, Theresa May, con Jean-Claude Juncker, presidente de la Comision Europea, programado para el sábado 24, es motivo de especulaciones. Para la cumbre del domingo 25 no hay un panorama claro.
La víspera, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anunció la celebración de una cumbre europea el 25 de noviembre para “finalizar y formalizar el principio de acuerdo para la salida de Reino Unido de la UE en marzo próximo.
El anuncio del jefe de Estado y de gobierno español, Pedro Sánchez, en cuanto a que vetaría el acuerdo de divorcio si no hubiese modificaciones en el manejo de Gibraltar, aviva el fuego de las especulaciones en cuanto a nuevos escenarios.
Aunque se supone que esto no podría pasar -porque para que el acuerdo sea aprobado por el Consejo de 27 jefes de Estado y de gobierno europeo no se necesita unanimidad, sino mayoría cualificada, el tema ensombrece el panorama.
España quiere que se diga expresamente que el futuro de Gibraltar no será un asunto que Londres tenga que tratar con Bruselas, sino primero con Madrid. Los otros Estados miembros, al parecer, prefieren que no se reabra este difícil acuerdo.
Madrid se opone a parte del acuerdo que cubre las futuras relaciones comerciales y de seguridad entre Reino Unido y la Unión Europea, y considera que los acuerdos relacionados con Gibraltar deben discutirse por separado.
TFA